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Iago Aspas sigue a los mandos

El delantero del Celta, que ya suma once goles en el campeonato, vuelve a deslumbrar en la victoria de su equipo ante el Málaga

Iago Aspas disputa la pelota a Chory Castro durante el partido entre Celta y Málaga
Iago Aspas disputa la pelota a Chory Castro durante el partido entre Celta y MálagaSalvador Sas (EFE)

La lectura del Málaga será la de que tres errores defensivos echaron por tierra todo su trabajo y le derrotaron, la del Celta centrará el foco en el valor de su trabajo en la presión para fabricar los dos primeros goles que decantaron el partido y, sobre todo, en Iago Aspas y su influencia en un equipo que cabalga a sus hombros. Todas las versiones son correctas para explicar lo sucedido en Balaídos. Ganó el Celta, que ni está ni va a estar apurado, pero que se fue al parón navideño más abajo en la clasificación de lo que merece su despliegue. Ahora duerme noveno en la tabla y a cinco puntos de puestos europeos tras dejar atrás a un Málaga bien intencionado, pero fallón en los momentos decisivos del partido. Concedió en defensa y no supo aprovechar sus opciones, que las tuvo, en ataque. Cuatro veces disparó entre palos el Celta y le bastaron para cantar tres goles.

El Málaga recibió dos golpes de inicio. A los diez minutos se tuvo que marchar lesionado Miguel Torres, su jefe defensivo. Para entonces ya iba detrás en el marcador porque Michael Santos se puso a hacer ruletas en medio campo y sacó premio para el Celta, perdió la pelota, se la robó Jonny, esforzado en la marca y hábil para tocar de inmediato hacia el espacio. Por la derecha evolucionaba Iago Aspas, al que Berizzo sitúa allí cuando quiere dar cancha a Guidetti en punta. No es donde más rendimiento se puede extraer del delantero gallego, la ubicación en la que sobre el papel puede conectar e influir más en el juego del equipo, pero no estamos ante un tipo al que se pueda atar a la línea de cal. Pocas cosas queman más que el mapa de calor con los movimientos de Aspas. Y luego está el talento, el que expresó para enfrentar a Kameni cuando se vio cara a cara ante el meta camerunés y lo sentó con un toque de zurda para abrirse todo el espacio de la portería y empujar a la red.

La ventaja atenuó el esfuerzo defensivo del Celta, que no subió líneas tanto como acostumbra. Se manejó en la paciencia, pero también en el peligro porque el Málaga encontró varios resquicios para dañarle, uno de ellos muy evidente a la espalda de los centrales por donde se dejó ver Sandro. Lo intentó también por alto el equipo preparado ahora por el “Gato” Romero, por ahí pudo encontrar la meta Mikel Villanueva en un remate de cabeza que desvió a córner Rubén Blanco, cada vez más consolidado. Poco se le puede reprochar al Málaga en cuanto a propuesta, por más que habría que ver que hubiera pasado si el marcador no le llega a obligar desde tan temprano a subir líneas. Acabó el partido arriba, incluso con un remate al palo de Santos, que no pudo siquiera consolarse tras su importante error inicial, y con un gol postrero de Wass en propia puerta.

Segundo gol del Celta, obra de Wass.
Segundo gol del Celta, obra de Wass.Salvador Sas (EFE)

Pero el Celta fue superior, ganó con suficiencia y con alguna exhibición individual al margen de la de su estrella. Radoja, por ejemplo, estuvo espléndido en el trabajo en la medular. Pero Aspas está a otro nivel. Lleva once goles en el campeonato, los mismos que Cristiano Ronaldo, a rebufo de Messi o Suárez. Maduro, pleno de confianza, extrae el rendimiento más superlativo de su carrera futbolística sin dejar de lado ese fútbol de la calle que es señal de identidad. Esa picardía le llevó a la hora de partido encimar y recuperar la pelota sobre Llorente en la frontal. Se la llevó arrastrando con el talón y metiendo cuerpo, como solo lo saben hacer aquellos que se forjaron en espacios mínimos, de inmediato buscó a Bongonda abierto a su izquierda y el belga devolvió la pelota al medio para que rematase Wass, que sobresale últimamente en su faceta de llegador.

El partido quedó resuelto. Rubricó el Celta en una acción ensayada y ejecutada por Aspas para que Cabral marrase el primer remate y Fontàs lo embocase. Todo en el corazón del área de Kameni y sin que hubiese noticias de los defensores. El Málaga maquilló el final y hasta eso pareció justo, tampoco mereció irse del partido con una desventaja tan amplia.

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