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EL CÓRNER INGLÉS
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Fútbol mejor que política

Aficionados del United sostienen una foto de Mourinho.
Aficionados del United sostienen una foto de Mourinho.SERGEI SUPINSKY (AFP)

“No escupo en el plato en el que como”. Cristiano Ronaldo sobre José Mourinho.

La conquista de la Premier League por el Leicester City marcó el rumbo del extraño 2016. Contra todo pronóstico y toda lógica el Leicester se coronó campeón de Inglaterra y, acto seguido, el Brexit ganó el referéndum británico, el “no” ganó el plebiscito colombiano, y Trump ganó las elecciones de Estados Unidos.

Hoy se vuelve a imponer la cordura en la Premier, un augurio quizá de que en el año 2017 el mundo vuelva a recuperar el equilibrio perdido. Parece claro que el futuro campeón volverá a ser unos de los sospechosos habituales, el Chelsea, el Manchester City o el Liverpool.

Podríamos ir más lejos; podríamos decir que si el liderazgo político global estuviera en manos de gente del calibre de los entrenadores de estos tres equipos habría menos motivos para sospechar que se avecinan tiempos oscuros para la humanidad. Los tres poseen la virtud del líder de saber sacar lo mejor de lo que disponen; son tipos seguros de sí mismos cuyas palabras y acciones no se rigen por la permanente necesidad de proteger o inflar sus egos; son personas enteras que no responden con zarpazos defensivos cada vez que sufren un revés o reciben una crítica.

Hoy se vuelve a imponer la cordura en la Premier, un augurio quizá de que en el año 2017 el mundo vuelva a recuperar el equilibrio perdido"

Veamos cómo respondió Antonio Conte, el italiano al mando del Chelsea, a una humillante derrota de su equipo por 3 a 0 en el derbi londinense contra el Arsenal el 24 de septiembre. En la rueda de prensa después del partido le propusieron que criticara a sus defensas. No lo hizo. Cortés y medido en sus gestos, dijo que la responsabilidad era del “equipo entero”, sin excluirse a sí mismo. “Todos ganamos juntos o todos perdemos juntos”.

Desde entonces el Chelsea ha ganado ocho partidos seguidos, ha marcado 22 goles, concedido dos y va primero en la Premier League. Conte ha logrado que todos su jugadores rindan no solo a su mejor nivel, sino por encima de lo que se sospechaba que eran capaces. Diego Costa, por ejemplo, es hoy de lejos el mejor delantero centro de la Premier. Es el máximo goleador de Inglaterra pero también —como el español Pedro, como todos— lucha para su equipo como si su vida dependiera de ello. Nadie está jugando mejor que el Chelsea en Europa hoy

Jurgen Klopp, el alemán que entrena al Liverpool, tiene una plantilla más floja sobre el papel que la del Chelsea pero en el campo juegan como posesos y están a solo cuatro puntos del liderazgo. Estarían a solo uno si no hubieran perdido 4-3 contra el modesto Bournemouth el fin de semana pasado tras ir ganando 3-1 a falta de 15 minutos del final. Klopp podría haber despotricado contra su equipo después pero declaró, con infinita elegancia, que el partido había regalado al fútbol “una bonita historia... pena que estuvimos del lado equivocado”.

La temporada pinta bien para el Liverpool. Klopp, adorado por sus jugadores y por las masas de Anfield más que Donald Trump por las de Cincinnati, es el viento que insufla las velas del navío.

Pep Guardiola, el catalán al mando del Manchester City, no ha tenido tanto éxito como Conte y Klopp en la tarea de maximizar los recursos a su disposición. Esto se debe en parte a que su equipo ha jugado ocho partidos europeos esta temporada y los otros dos ninguno. No es, sin embargo, una excusa en la que Guardiola se ha refugiado. Tras perder un partido clave contra el Chelsea en casa el sábado pasado por 3-1 lo primero que dijo fue: “Felicidades” al Chelsea; lo segundo, “estoy orgulloso de mis jugadores”. Tampoco lamentó su mala suerte pese a que el City tuvo más que suficientes ocasiones claras para ganar el partido.

El que sí lamenta su mala suerte partido tras partido, y también señala a sus jugadores, es José Mourinho, el entrenador del Manchester United. En sexto lugar, a 13 puntos del equipo líder del que fue despedido la temporada pasada, ha logrado que jugadores buenos —como el jugador más caro del mundo, Paul Pogba— parezcan mediocres.

El pobre hombre llenó la portada del Sunday Times de Londres el fin de semana pasado, pero no por sus hazañas deportivas, sino por sus supuestas evasiones fiscales. Como si fuera un mandatario político. Afortunadamente, él no lo es.

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