“Deben prohibir las apuestas en los torneos ITF”

Un partido cualquiera, en un pequeño club español, un fin de semana cualquiera. Dos jóvenes que aspiran a hacerse algún día un nombre propio en el tenis se miden a un lado y otro de la red. En la grada, un individuo (o varios) opera velozmente con su móvil en el instante en el que uno de los dos jugadores se adjudica un set. El hombre (o la mujer) del móvil apuesta de inmediato, online. Misión cumplida. Dinero extra. Otro amaño. Uno más, porque no es una excepción.

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La Operación Futures, acometida por la Guardia Civil este jueves y saldada con 34 detenidos, destapó una red de amaños ilegales en las categorías inferiores del tenis nacional. En concreto, en torneos Futures, los de menor categoría y antesala al profesionalismo, bajo el régimen organizativo de la Federación Internacional de Tenis (ITF). Seis jugadores españoles de entre 17 y 30 años, ubicados entre los puestos 800 y 1.400 del ranking mundial, figuran entre los arrestados.

La intervención de las fuerzas de seguridad supone la culminación de un proceso que viene de lejos, porque las prácticas ilegales han marcado la dinámica en el amateurismo durante los últimos tiempos. Apuestas ilegales, arreglos, tongos. Amaños. También amenazas, porque los lobbies que se desplazan a las pistas recriminan al jugador o jugadora in situ, y por supuesto a través de las redes sociales.

“Suelen ser pequeños grupos que se colocan en la grada con el móvil. O, si no, presionan desde Twitter”, precisa el presidente de la Real Federación Española de Tenis (RFET), Miguel Díaz. El dirigente, que tomó posesión de su cargo el pasado 9 de julio, habla con naturalidad del asunto porque no es una actividad extraordinaria. “Es una pena… Se aprovechan de los chavales y las chicas que quieren ser estrellas. Al final, ser tenista es muy duro. Se necesitan muchos recursos para poder continuar con la carrera, para materiales, entrenadores, etc… Así que esta gente les promete una cantidad a cambio de dejarse perder. A otros niveles significaría poca cosa, pero claro, para ellos 500, 1.000 o 3.000 euros son jugosos”, prolonga el mandatario. “Son unas mafias que les meten en el juego, pero esto hay que cortarlo de raíz”, exige Díaz.

En 2016 se organizaron 60 torneos Future, 39 de ellos correspondientes a partidos de chicos y los restantes a las chicas. La dotación de este tipo de eventos, concretan desde la Federación, suele ser de 10.000 dólares (9.400 euros), aunque esta temporada los premios alcanzaron los 25.000 (23.500) en seis ocasiones; cuatro veces en partidos masculinos y dos en femeninos. “Estos torneos”, defiende el presidente federativo, “son y deben ser la base. Han de pasar por ellos todos los jugadores que quieran ser profesionales y vivir de esto, así que nosotros estamos intentando potenciar una red para que España sea el país que más competiciones de este tipo organiza”.

En 2016 se organizaron 60 eventos de este tipo, cuyos premios suelen rondar los 9.400 euros

Sin embargo, los torneos de perfil bajo presentan una contrapartida. El control sobre las prácticas ilegales no tiene nada que ver con los de los 250, los 500 o los Masters 1.000; ni qué decir con respecto a los Grand Slams. La única equivalencia pueden ser los Challengers, la catapulta de los jugadores más talentosos de la ATP, la asociación profesional del tenis masculino. Los ITF son, sin duda, el caldo de cultivo perfecto para los amaños. “Son el eslabón débil. Lo sabíamos desde hace tiempo”, señala Díaz, de 55 años.

Y, desde hace tiempo también, los dirigentes han solicitado al rector internacional del tenis que suprima las apuestas en torno a ellos. “Deben desaparecer, tienen que prohibirlo. En los grandes torneos la cosa funciona de otro modo, pero en este tipo de torneos no se deberían hacer apuestas”, expone el presidente, quien a falta de que trasciendan los nombres de los jugadores implicados anticipa un castigo severo. “Las sanciones van a ser muy duras. Tenemos un código y vamos a aplicarlo con el máximo rigor. No se puede permitir que un pequeño grupo manche la imagen del tenis. Nuestro deporte es un ejemplo por los valores que transmite y esto no lo puede ensuciar”.