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En el Barcelona, ni cambios ni recambios

Luis Enrique no agota las sustituciones ni en la mitad de los partidos al tiempo que los fichajes y el fondo de armario no acaban de responder

Jordi Quixano
André Gomes en el duelo europeo ante el Celtic.
André Gomes en el duelo europeo ante el Celtic.PAUL ELLIS (AFP)

Cuentan desde el vestuario azulgrana que la charla de Luis Enrique en los descansos es capital para corregir los encuentros que se ponen cuesta arriba. Son pinceladas y nunca es una perorata extensa, sino que en unos minutos se aclaran los conceptos hasta el punto de que no se ha dado un día en el que vayan justos de tiempo para regresar al césped. “Nos encontramos que muchos rivales prueban cosas nuevas contra nosotros, como ponernos cinco defensas o presionarnos arriba”, explica una de las voces cantantes del Barça. Y otro añade: “Pero el técnico, ayudado por la tecnología, nos explica tres o cuatro detalles para cambiar la forma de salida del balón o para hacer movimientos que tenemos ya trabajados y desde el campo notamos cómo se gira el partido a nuestro favor”. Aunque si se atiende como resultados independientes los obtenidos en primeras y segundas partes, los números son casi calcados: 12 triunfos, cinco empates y tres derrotas en los primeros actos; y 13, cinco y dos en los segundos.

Los conceptos tácticos, e incluso la variación de sistemas [ha practicado el 3-1-3-3 y el 4-4-2, además del habitual 4-3-3], parecen estar un tanto reñidos con las sustituciones de piezas, toda vez que raramente un jugador actúa de revulsivo del mismo modo que Luis Enrique tampoco suele agotar los cambios. Así, entre la Liga y la Champions, el técnico ha agotado las sustituciones en nueve ocasiones y en otras 10 no, con dos cambios en cada oportunidad menos en el encuentro pasado ante la Real, cuando se quedó en uno solo y el equipo fue incapaz de ofrecer una solución a la propuesta de presión y posesión de Eusebio, que ganó la partida en todo menos en el resultado final. El asunto, en cualquier caso, se acentúa en siete de las 13 últimas jornadas de Liga, donde no ha completado los tres relevos y en las últimas cinco solo lo hizo en una ocasión. Por lo que el fondo de armario tan cacareado por la directiva y hasta por el entrenador —“es la mejor plantilla que he tenido”, dijo en pretemporada— no es tan profundo o, al menos, no parece tan resolutivo.

Fichajes sin apenas continuidad

La poca incidencia de los fichajes se aprecia en las alineaciones de Luis Enrique, que solo le ha dado a Digne cinco encuentros consecutivos como titular (suma 934 minutos), momento en el que Jordi Alba estaba lesionado y no había otro lateral izquierdo en el equipo más allá de una posible reconversión de Mathieu. Le sigue Umtiti (881), que jugó cuatro de forma seguida porque pareció ganarle la partida a Mascherano. Después está Denis Suárez (701), que todavía no se ha estrenado en Europa pero que encadenó los tres primeros partidos de la Liga, cuando Iniesta estaba lesionado y valió su gran pretemporada. André Gomes (814) se queda en dos encuentros, los dos últimos. Peor están Alcácer (321), que no ha jugado dos encuentros consecutivos, y Cillessen (90), que solo participó en el duelo ante el Alavés, siempre a la sombra de Ter Stegen.

Dice Luis Enrique que no tiene queja alguna de sus jugadores y que todos necesitan un periodo de adaptación, sea mayor o menor. “Hay que esperar porque estamos seguros de que todos ayudarán a cumplir los objetivos del equipo”, esgrimen desde el club. Pero por el momento les falta un poco de continuidad.

123 millones y seis jugadores

El Barcelona decidió voltear el modelo de fichajes durante este verano porque la chequera ya no era elástica como antaño. "No pudimos fichar a figuras de primer orden porque necesitábamos fondo de armario para que cuando el entrenador quisiera hacer un cambio, pudiera mirar atrás", señalan desde la cúpula del Barça; "queríamos reforzar la plantilla y no podíamos dejarnos 60 millones en un único futbolista". Así, el club decidió gastarse 123 millones en seis futbolistas (André Gomes, 35; Alcácer, 30; Umtiti, 25; Digne, 16,5; Denis Suárez, 3,5; y Cillessen, 13). "Hemos buscado jóvenes con futuro y con paciencia para que les lleguen las oportunidades", reveló el director deportivo azulgrana Robert Fernández. Jugadores que no ponen en entredicho los galones del once inicial que asumió Luis Enrique hace ya tres cursos; futbolistas de complemento que no acaban de cuajar y que, a excepción de Umtiti que se codea con Mascherano por jugar en el eje de la zaga, se saben suplentes. Y, curiosamente, ninguno ha festejado gol alguno como azulgrana.

La sequía de los fichajes es extraña si se atiende al curso anterior, cuando todos funcionaron en el área rival. Alcácer celebró 15 dianas y repartió ocho asistencias con el Valencia pero ahora tiene el casillero en blanco como Umtiti, que sí marcó un gol con el Lyon. Denis Suárez hizo con el Villarreal cinco redes y dio 13 asistencias y en el Barça se queda en dos. Una más que André Gomes, que con el Valencia autografió cuatro goles y siete pases definitivos. Incluso Digne, lateral en la Roma cedido por el PSG, marcó tres y regaló cinco, cuando ahora sólo contabiliza un centro decisivo en su primer partido, en la Supercopa. "Es una casualidad que también se explica porque en este equipo los goles llegan por parte del trío de delanteros que tenemos", defienden desde la ciudad deportiva azulgrana; "todo jugador necesita un proceso de adaptación y alguno ya está dando pasos en la dirección correcta, pero hay que tener tranquilidad porque esto acaba de comenzar".

Le cuesta al Barcelona dar con la tecla este año y se ha visto un Luis Enrique de extremos, orgulloso por hacer la “mejor media parte de nuestra época en el Barça” ante el Manchester City en el duelo de ida, del mismo modo que también admitió que en el la vuelta contra los citizens “el equipo entró en barrena” o que ante la Real se hizo el peor partido de su etapa. Una irregularidad que le deja a seis puntos del Madrid con el clásico a la vuelta de la esquina. "El año pasado no ganamos en Sevilla y Valencia, y se perdió en San Sebastián. Y en esta temporada hemos ganado en el Pizjuán y en Mestalla, y empatamos ante la Real", señalan desde el Barcelona; "el problema está en que en el Camp Nou perdimos contra el Alavés y se empató con el Málaga. Pero queda mucho y hay que tener tranquilidad". Eso y que la propuesta del cuerpo técnico junto al área deportiva de dar aire y reactivar a un equipo que en el curso anterior dio señales de agotamiento, de momento sigue a medias.

Messi, Piqué y Jordi Alba aspiran a recuperarse para el clásico

Luis Enrique aspira a alinear el sábado contra el Madrid al que se considera el equipo titular si se recuperan Iniesta, Alba y Piqué. El capitán empezó a entrenarse con la plantilla después de la lesión sufrida en Mestalla y formará en la medular con Busquets y, presumiblemente Rakitic, dos jugadores cuyo rendimiento ha disminuido respecto a las dos primeras temporadas con Luis Enrique.

No hay excesivas dudas sobre la formación del tridente pese a las críticas que ha merecido su actuación en Anoeta. Ayer, de todas formas, sonaron las alarmas en la ciudad deportiva porque no se entrenó Messi. El desplante del argentino con Luis Enrique, posteriormente corregido, se produjo precisamente en enero de 2015 después de una derrota en Anoeta. Messi acabó dolorido el partido del sábado según desveló el propio técnico. El club, de todas maneras, no le incluyó en el parte médico de la jornada y se supone que dedicó la jornada a recuperarse.

Los doctores sí informaron de que Jordi Alba sufre una fuerte contusión en la cabeza del peroné y en la zona poplítea de la rodilla derecha y también una distensión en el tobillo derecho. No se sabe si estará en condiciones de disputar el clásico. También Piqué tiene problemas en un pie. Ambos estuvieron a punto de ser sustituidos contra la Real. Luis Enrique, en cambio, recuperará seguro a Umtiti, que hasta ahora ha competido con Mascherano por la titularidad.

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