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Eusebio, forjador de canteranos

El técnico de la Real Sociedad se distingue por su labor formativa desde su etapa en el filial del Barcelona y su apoyo a los más jóvenes en el Celta

Jordi Quixano
Eusebio, durante un partido de la Real Sociedad.
Eusebio, durante un partido de la Real Sociedad.Alberto Morante (EFE)

Cuando a Luis Enrique le preguntaron por Marlon tras su debut europeo con el Barça, el técnico no puso adornos desde la improvisada carpa en el exterior del estadio Celtic Parc que hacía las veces de sala de prensa. “¿Canterano Marlon? Si se le puede llamar así a alguien que ha llegado hace unos pocos meses...”, resolvió al tiempo que elogió al joven futbolista y del que sugirió que podría ayudar al equipo por más que haya cuatro centrales por delante. Ocurre que con la marcha de Sandro al Málaga y Munir al Valencia no hay canterano que se ensamble en el primer equipo como sí ocurría cuando estaba el propio Luis Enrique en el B o su sucesor Eusebio, ahora contrincante en la Liga al frente de la Real Sociedad. Se ha roto el puente y la prioridad azulgrana parece regresar a Segunda antes que formar a jugadores. “Pero hay chicos que se entrenan muchas veces con el primer equipo. Se están haciendo las cosas bien, con el filial y los dos juveniles líderes”, esgrimen desde la ciudad deportiva.

Los 11 de Luis Enrique

En su primer año, Luis Enrique utilizó la cantera más que nunca, con siete ascensiones de las que tres se quedaron fijas (Munir y Sandro, además del tercer portero Masip). Samper, Ié, Halilovic y Gumbau jugaron en ocasiones puntuales, pero no se atornillaron en el primer equipo como tampoco lo hicieron al curso siguiente los otros tres futbolistas del filial que se estrenaron (Kaptoum, Cantalapiedra y Cámara).

Exiliados Munir y Sandro, ya no hay un solo canterano que se haya afincado en la élite con Luis Enrique, más allá de Rafinha, que pasó por una cesión previa al Celta de Vigo. Ahora ha sido el turno de Marlon, pero con Umtiti, Mathieu, Mascherano y Piqué, no parece que el jugador brasileño vaya a tener demasiadas oportunidades.

Después de formar dueto con Rijkaard en el Barça de 2003 a 2008, fue en el Celta donde Eusebio empezó a demostrar ojo y tacto con los jóvenes que pedían turno; resulta que se adaptaban más a su propuesta de juego de posesión y posición que los más experimentados. Por lo que además de asentar a Roberto Lago y Jonathan Vila, pronto destapó la calidad de Iago Aspas, que marcó dos goles para certificar la salvación del equipo en Segunda. Del mismo trampolín saltaron con el tiempo Túñez, Yoel, Toni, Hugo Mallo y Joselu, junto a otros cinco de la escuela de A Madroa que tuvieron menos incidencia: Álex López, Víctor Vázquez, Candela, Mateo y Oriol Riera. Pero aunque cumplió con lo exigido, tiranteces con la directiva llevaron a su adiós al acabar el contrato y Eusebio regresó a La Masia para seguir haciendo de forjador de los canteranos.

El goteo de futbolistas del equipo de Eusebio fue constante para Guardiola, primero, y Martino, después. Sergi Gómez y Planas (Celta), Deulofeu (Everton), Dongou (Zaragoza), Jonathan Dos Santos (Villarreal) y Grimaldo (Benfica) inauguraron la lista, pero no fueron los únicos porque Adama (Middlesbrough), Patric (Lazio) y Samper (Granada) también tuvieron su oportunidad. Además de ellos, Masip y Sergi Roberto se ganaron su hueco en el plantel al tiempo que Rafinha y Denis Suárez, que se buscaron las castañas con cesiones, también regresaron para quedarse. “He trabajado aquí siempre con la misma idea: formar jugadores para el primer equipo”, reflexionó Eusebio tres años y medio más tarde a su llegada, días antes de que la directiva le despidiera. Y estaba bien orgulloso de haber ayudado al club a reforzar al equipo campeón de campeones con jugadores que ocupaban el segundo escalón. Pero de poco le sirvió eso y que siempre compitiera por estar arriba [en un curso logró acabar tercero, lo que supondría supuestamente el ascenso directo], porque desde que despidieron a Zubizarreta no tenía quién juzgara su trabajo.

Inteligencia táctica

En noviembre de 2015 le llamó la Real Sociedad, desencantada con la gestión de David Moyes, al que también se le achacaba que no miraba hacia abajo a la hora de reforzar al equipo. Trabajo para Eusebio, que integró a los noveles Héctor y Oyarzun, por ejemplo, que todavía no habían participado en la Liga. “Este club cuenta históricamente con la cantera. Habrá que ver qué posibilidades tienen alguno de esos chavales de ir apareciendo en el primer equipo”, resolvió en el día de su presentación. Entendía Eusebio que pocas canteras tienen a tantos jóvenes con tanto talento e inteligencia táctica.

Así, también le dio la tentativa a Elustondo y sobre todo a Oiarzabal, capital en la actualidad, como Bautista y Concha, que entran poco a poco. Y parece que la mezcla funciona porque la Real contabiliza cinco triunfos de los últimos seis duelos disputados. “El equipo va a jugar a lo que yo siento como entrenador y sentí como jugador. Mi idea se basa en el control, un buen ataque, equilibrio defensivo e intensidad”, argumentó durante sus primeros días como entrenador. El tiempo le ha dado la razón. También su trabajo de forja con los canteranos.

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