El Atlético más quebrado y despistado
Donde antes había un equipo corto y seguro ahora emerge uno dubitativo en defensa y en ataque
“Hay que mejorar en defensa, en el medio y en ataque, con balón y sin balón”, advertía Koke en la zona mixta del Vicente Calderón. El duro traspié en el derbi dejó un poso de preocupación en Simeone y en sus jugadores. Más allá del resultado, todos conviven con la sensación de que hubo una ausencia flagrante de atributos que moldean el perfil del equipo, sobre todo en la primera mitad, que hicieron irreconocible al Atlético. El Madrid le superó en territorios que casi siempre fueron dominados por los rojiblancos en los últimos derbis. La pizarra y los detalles configuraban parte de la fortaleza rojiblanca.
Zidane ganó la batalla táctica con la inclusión en las bandas de Bale y Lucas Vázquez y con la figura de Isco como verso libre. Contra el juego entrelíneas del mediapunta malagueño, no encontraron respuesta ni Simeone, ni sus centrocampistas. Donde antes había un equipo corto y seguro de sí mismo cuando se replegaba en su propio campo, contra el Madrid emergió un conjunto menos intenso en ese repliegue, con las líneas muy separadas y sin un trabajo colectivo coordinado. La búsqueda con balones largos de la espalda de Juanfran y Filipe Luis para salir de la presión le costó interpretarla. Tampoco supo generar muchas superioridades por el medio viendo que las bandas las cogió bien el Madrid, siempre con cuatro jugadores dispuestos a defender. Tampoco Griezmann y Torres supieron entrar en el partido.
Cuando se sacudió el dominio visitante en los primeros veinte minutos del segundo tiempo, el Atlético se desplomó por otro despiste defensivo. En las tres última derrotas ligueras, el equipo ha interpretado mal el paso adelante dado para presionar en campo contrario. Si en Sevilla se quebró por el medio tras un saque de banda en campo rival y en Anoeta igual en el segundo penalti, el sábado la secuencia fue aún más sonrojante en la jugada que propició el segundo gol. Un saque largo de Oblak pilló a Godín y a Savic saliendo lentamente y propiciando la carrera de Cristiano sin posibilidad de dejarle en fuera de juego tras el despeje de Varane. Ya en el primer tiempo, Isco dejó en evidencia esos errores de posicionamiento que generan contragolpes antes impensables. La galopada de Bale en el tercer gol, pilló a Juanfran en campo contrario. “Los rivales se nos meten atrás y con gente rápida nos hacen daño”, analizó Koke. El debate abierto sobre la posición de este responde al deseo del núcleo duro del vestuario de jugar más protegidos. Simeone, por el momento parece decidido a mantenerlo ahí, pero necesita apuntalar esos errores defensivos para ello.
Si el equipo era corto cuando era fiable parapetado en su campo, también necesita serlo desplegado en campo contrario. Está por ver si Simeone sigue convencido de ese paso adelante. En momentos de crisis, la solución siempre fue regresar a la versión más clásica. La cuestión es saber si con Koke, Saúl, Carrasco, Griezmann, Gaitán, Correa y Gameiro es la solución más idónea. A nueve puntos del liderato y fuera de los puestos de Champions, quizá este sea el peor paisaje que se recuerda en la era Simeone.
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