La larga recuperación de Casemiro

“Yo por mí volvería mañana, pero… es una lesión complicada”, decía Casemiro el pasado 11 de octubre en una entrevista en Onda Cero. El centrocampista brasileño se lesionó el 18 de septiembre en Cornellà tras recibir una entrada de Diop. Sufrió una fisura en el peroné y dos meses después todavía no ha podido entrenarse con el grupo. Puede que se una este jueves al resto de sus compañeros para disputar un partidillo y ver cómo responde, pero está prácticamente descartado para el derbi del sábado en el Calderón. La fisura, dolorosa sobre todo al principio ya que impide incluso caminar, no tiene tratamiento. Hay que esperar a que el hueso se suelde solo.

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El brasileño, que en su recuperación ha tenido cerca a su madre, confesó que las primeras semanas estuvo durmiendo con unos magnetos eléctricos (la magnoterapia favorece la curación de fracturas y fisuras) y que sufrió como el que más viendo los partidos desde uno de los palcos privados del Bernabéu y desde la tele cuando el Madrid jugaba fuera. De grabarle en esos momentos, confesaba, saldría una versión desatada de Casemiro.

“No puedes hacer nada, solo tener paciencia porque todos te dicen que es una lesión complicada. Trabajo mucho en la piscina para no perder la parte física y todo el trabajo que he hecho en la pretemporada”, explicó en octubre. En la piscina de Valdebebas tenía sesiones de unos 50 minutos en las que corría en el agua para aumentar la resistencia.

Antes del parón de selecciones —Brasil le convocó en un principio para luego tachar su nombre de la lista— ya pudo saltar al césped y empezar a corretear. “No ha tocado el balón todavía, pero ya está corriendo y lo importante era eso. Ahora su vuelta es cuestión de días”, contestó Zidane cuando le preguntaron por Casemiro el día 7, después de la victoria contra el Leganés. El centrocampista del Madrid ya toca balón, pero de momento se ejercita en solitario. El objetivo es que esté en perfectas condiciones para el clásico del Camp Nou del 3 de diciembre.

Los ‘rezos’ en Twitter

El centrocampista brasileño de 24 años, que siempre dice que lo que más feliz le hace es despertarse por las mañanas e irse a Valdebebas y escuchar los aplausos del Bernabéu cada vez que roba un balón, lleva días rezando en las redes sociales. Mezcla el icono de las manos juntas que rezan con el de la pelota y su dorsal cuando adjunta fotos de su trabajo diario. “Para llegar a la meta hay que sacrificarse y el sacrificio no entiende de días de descanso. ¡Yo lo hago feliz!”, escribió el sábado subido a una cinta. “La felicidad de volver a sentir un balón y el olor a césped. ¡Ganas de volver cuanto antes!”, anunció el jueves de la semana cuando salió al terreno de juego a pelotear.

Contra el Atlético, en la final de Champions de San Siro, Casemiro fue el que más recuperaciones hizo (15; el segundo, Gabi, logró 11). Desde la lesión, se ha perdido 11 partidos (de los 20 goles encajados por el Madrid en lo que va de temporada, 14 han sido con la ausencia del brasileño). A su baja, además, se unió la de Modric (que volvió el día del Leganés) y dejó el centro del campo del Madrid en manos de Toni Kroos.

Zidane tuvo que improvisar alineaciones una y otra vez ya que no hay más de cuatro centrocampistas en la plantilla. A veces jugó con un doble pivote formado por Kroos y Kovacic e Isco en la mediapunta. Otras, con Kroos escoltado por James y Asensio o por James e Isco. Ahora el que se ha lesionado es el alemán y Modric, hasta que vuelva Casemiro, tendrá que poner orden en la medular, hacer que el equipo repliegue y que las líneas estén juntas.