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Adiós, rey de las profundidades

El apneísta Miguel Lozano rinde homenaje a la figura del pionero Enzo Maiorca, fallecido el domingo pasado a los 85 años

Enzo Maiorca, en 1974.
Enzo Maiorca, en 1974.ANSA (AP)

Enzo Maiorca, pionero de la apnea, falleció el domingo pasado en Siracusa (Sicilia), donde había nacido 85 años antes. Su figura y su popularidad rompieron los límites de su disciplina en los años 70, cuando mantuvo una rivalidad tremenda en la conquista de las profundidades con el francés Jacques Mayol, pugna que se vio reflejada en la película El gran azul. El mejor apneísta español, y uno de los mejores del mundo, Miguel Lozano, traza unas líneas para despedirle y proclamarle rey de las profundidades.

El domingo nos dejó un explorador, uno de esos hombres que arriesgaron su vida por el conocimiento y la exploración de los límites humanos.

Enzo Maiorca fue la primera persona en descender hasta los 50 metros de profundidad en apnea, en una época en la que los fisiólogos aseguraban que sus pulmones implosionarían por la presión del mar. “Si desciendes por debajo de tú volumen pulmonar residual morirás, le repetían los médicos”. Él aceptó el reto.

Maiorca, a la izquierda, junto a Miguel Lozano, en una fotografía reciente.
Maiorca, a la izquierda, junto a Miguel Lozano, en una fotografía reciente.

Volvió a reinventarse después de retirarse, siendo de nuevo, en 1978, el primer ser humano que descendió hasta más de 100 metros con una sola respiración. Hoy en día descendemos a más de 120 metros de profundidad autopropulsados y a más de 200 metros con un trineo lastrado. Muy lejos quedan las marcas de Enzo Maiorca de las actuales. Esos mismos registros se hacen cada día a modo de calentamiento. Pero qué fácil es analizarlo con perspectiva y que difícil es enfrentarse a algo que nadie ha hecho con anterioridad.

He intentado varias veces a batir el récord del mundo en inmersión libre, como mínimo un metro más que el récord actual establecido. He descendido 122 metros bajo el mar utilizando la única ayuda de mi cuerpo para autopropulsarme. El actual récord está en dos metros más, 124.

Sé lo difícil que es gestionar las emociones en esos momentos.

Cada vez que me enfrento a un descenso a la máxima profundidad mi mente trata de darme cualquier excusa para evitar el peligro; me repite como un mantra: no hay nada ni nadie trascendente, no tienes por qué hacerlo, no vale la pena el riesgo, no hay nada más valioso que la vida. Oigo esa voz diseñada por la evolución para sobrevivir.

Quizás no somos conscientes de lo que la figura de Enzo Maiorca significa para todos. Mucho del conocimiento fisiológico y las adaptaciones que le ocurren al ser humano en profundidad se lo debemos a él. ¡Qué difícil es ser el primero en algo! Gracias a hombres como Enzo tenemos la ciencia y la tecnología de nuestra parte y podemos avanzar con el legado que nos ha dejado.

Enzo Maiorca fue una de esas personas singulares, con carácter, curiosidad y espíritu aventurero. Un inconformista de las profundidades, un amante y defensor del mar.

Hoy no es sólo un día triste para los apneístas.

Ciao, Enzo; adiós, rey de las profundidades.

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