Las Palmas gana de penalti al Eibar
Jonathan Viera transforma la pena en el descuento y ejecuta a un rival que no mereció perder
Un penalti tonto, hecho casi sin querer por Lejeune a Roque Mesa cuando el partido agonizaba, sirvió a Las Palmas para romper la racha de seis partidos sin ganar y dejar con cara de tonto a un Eibar que no se mereció tal castigo. Porque los de Mendilibar mandaron en la segunda parte y llegaron a tener cerca la victoria.
Solo un gol y de penalti, pero Las Palmas y Eibar, cada uno con sus armas, brindaron una velada animada sobre el verde, con idas y venidas, momentos de fútbol de salón y oportunidades. Hubo dos mitades muy marcadas: la primera amarilla y la segunda de los visitantes.
El choque de estilos era evidente en el estadio de Gran Canaria. Se enfrentaban dos equipos con un perfil muy marcado. Las Palmas siempre pulcro con el balón, sin rifarlo aunque los rivales aprieten en zonas calientes; el Eibar es más directo, también mira mucho a la portería contraria pero prefiere hacerlo por una vía más rápida, basando su ataque en la presión e intentando aprovechar errores ajenos.
Ocasiones hubo para unos y otros, casi repartidas de forma igualitaria. Araujo mandó un cabezazo al palo en los primeros minutos y Las Palmas dominaba a sus anchas. El partido se jugaba solo en la mitad de cancha del Eibar, que solo podía mirar cómo los amarillos tocaban y tocaban el cuero.
En una de esas acciones hilvanadas, los locales salieron desde su área acariciando el balón, sin prisa pero sin pausa, hasta que le llegó a Jonathan Viera en la mediapunta y con un pase volador sorteó la defensa eibarresa, que solo miró hipnotizada la pelota surcando el aire y cayendo en los pies de Vicente Gómez, que no acertó en el remate. Le costó al Eibar entrar en el encuentro. Solo generaba algo de peligro con los centros desde la derecha de Pedro León, pero aguantaba bien sostenido por su engrasado sistema defensivo.
En la segunda parte se produjo el borrón y cuenta nueva. Mendilibar tenía claro que dejar a Las Palmas tocar a placer era un suicidio y mandó a sus hombres que adelantasen la presión varios metros. La decisión cambió el partido y dio el control del mismo al Eibar. Kike estuvo a punto de marcar de cabeza tras un gran centro de Enrich, pero Bigas sacó bajo palos. El cuadro canario estaba algo dormido y los visitantes, con más nervio, vieron su oportunidad. Aun así, los de Setién no renunciaron a atacar, casi siempre con un Michel Macedo que oxigenaba a su equipo con sus continuas subidas por la banda.
El tramo final fue claramente del Eibar, con mucho más fuelle que su rival. Las Palmas aguantaba con la lengua fuera, pero sin el balón es menos equipo. Sufrieron los de Setién y se vieron acorralados, sin capacidad de responder ni meter un poco de miedo. Por eso sorprendió tanto ese penalti que salió de la nada en el descuento. Jonathan Viera ejecutó al Eibar con suma frialdad y cortó la mala racha.
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