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Baskonia gana al Estrella Roja sin sufrir demasiado

El cuadro vasco gestiona su ventaja para sumar su tercera victoria en Euroliga

Alejandro Prado
Dangubic defiende a Hanga.
Dangubic defiende a Hanga.KOCA SULEJMANOVIC (EFE)

Jugar en Belgrado siempre es espinoso. El público aprieta y contagia a unos jugadores propensos a las rachas. No es el Estrella Roja el equipo más complicado de esta Euroliga, pero una victoria fuera de casa se cotiza alto en esta liguilla de todos contra todos. El Baskonia ganó sin jugar bien, pero también sin sufrir demasiado. Un triunfo que le permite sumar tres victorias y dos derrotas y seguir batallando en el pelotón de equipos con esas cifras. Victoria cimentada en la actuación de sus dos bases, Larkin y Beaubois, que aparecieron en los momentos oportunos.

Desde las primeras ventajas del Baskonia, el partido discurrió siempre por el mismo carril. Beaubois madrugó para sumar puntos y el trabajo de Shengelia en el poste permitía que los tiradores actuasen liberados desde el perímetro. Cuando la distancia alcanzó la decena en el segundo cuarto (19-29), el choque entró en un trance de poco acierto, con muchas interrupciones y balones perdidos. Un pequeño arreón de Jovic comprimió el electrónico, pero la rápida respuesta de Larkin devolvía el margen para los de Sito Alonso.

El duelo también permitió la presentación en sociedad del nuevo fichaje baskonista: el alero Chase Budinger, de amplia experiencia NBA. El debutante no necesitó demasiado acoplamiento y empezó a sumar en todos los apartados. Triples, juego cerca del aro, ayuda en el rebote... un jugador completo que es una nueva muestra de que la secretaría técnica de este club funciona de lujo.

Ayer en Belgrado Beaubois y Larkin campaban a su antojo en un pabellón frío, cuyo público estaba contagiado por la planicie de un partido que se movía siempre con el mismo patrón. El Estrella Roja se acerca levemente con un par de canastas y acto seguido el Baskonia se las devuelve para dejar todo como estaba. Al cuadro español no le hacía falta ni la aportación de Hanga, que se fue con un rosco. Le bastaba con la aportación de sus bases y la aparición de Voigtmann en el tercer cuarto. En esas andaba el partido cuando Simonovic sumó un dos más uno y el 61-66 lució por sorpresa en el marcador. Sin que nadie se diese cuenta el encuentro estaba vivo y Baskonia tuvo que apretar la mandíbula para acabar ganando.

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Sobre la firma

Alejandro Prado
Redactor en la Mesa de Edición del diario EL PAÍS. Antes prestó sus servicios en la sección de Deportes y fue portadista en la página web. Se licenció en Periodismo en la Universidad Carlos III y se formó como becario en Prisacom.

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