Euforia en Chicago tras la victoria histórica de los Cubs de béisbol
El equipo logra el título nacional, la Serie Mundial, por primera vez desde 1908
Cuatro horas de partido necesitaron los Cubs para pasar de ser el equipo luchador y perdedor de Chicago al motivo de máximo orgullo de la ciudad. Los Cubs se proclamaron el miércoles campeones de la Serie Mundial de béisbol tras 108 años sin levantar un título. Derrotaron a los Cleveland Indians en su propio estadio en el último de los siete partidos de la final. Lograron lo que hace unos días parecía improbable: poner fin a la mayor sequía de títulos de un equipo profesional de béisbol al ganar los tres partidos consecutivos que necesitaban.
Las calles de la llamada ciudad del viento y los alrededores del estadio de los Cubs fueron el epicentro de una fiesta que se extendió toda la noche. Los seguidores entonaron los cánticos de “Go Cubs Go!” y bloquearon la zona norte de la ciudad. Personas de todas las edades celebraron la epopeya de su equipo, que llegó a Chicago a altas horas de la madrugada.
El ayuntamiento de Chicago honrará el viernes al equipo con un desfile por el downtown de la ciudad. El alcalde dijo, en un comunicado, que “la victoria de los Cubs en la Serie Mundial no se trata una simple victoria deportiva. Se trata de un amor por los Cubs que ha descendido de generación en generación, de familias enteras reunidas alrededor de una radio o una televisión para animar al equipo tanto en las victorias como las derrotas”.
Chicago sin los Cubs no es Chicago. Es una historia de abuelos y nietos, padres e hijos, familias enteras, montándose en el “L” -- como se conoce informalmente la red de metro de la ciudad -- para acudir fielmente a la cita semanal de béisbol en el histórico Wrigley Field.
El presidente Barack Obama, que inició su carrera política en Chicago, no tardó en felicitar a los Cubs e invitarlos al equipo a la Casa Blanca con motivo de su victoria. “Ha ocurrido: los Cubs han ganado la Serie Mundial. Incluso los del sur (de Chicago) creemos en este cambio”, escribió Obama en Twitter.
La directora de campaña de Donald Trump, candidato republicano en las elecciones presidenciales del próximo martes, ironizó al afirmar que la victoria de los Cubs era una prueba de que Trump también podría ganar las elecciones: dos victorias no previstas que sorprenderían a todo el mundo.
El cómico Bill Murray, otro fan insaciable de los Cubs, acudió al estadio a ver el partido. “Llevamos tiempo esperando esto, es fantástico”, afirmó al The Chicago Tribune, el diario principal de la ciudad y cuya portada de la mañana después a la victoria saldrá a la venta en una edición especial para los seguidores. Lebron James, la estrella de los Cavaliers de baloncesto, también acudió al estadio de Cleveland, pero no pudo celebrar otra victoria deportiva para la ciudad, que disfrutó del triunfo de su equipo el pasado junio.
No era una final habitual. No eran los dos mejores equipos históricamente. Cada equipo había ganado el trofeo nacional, celebrado desde 1903, tan sólo dos ocasiones. Los Cubs no jugaban la Serie Mundial desde 1945. Del último triunfo nacional de los Indians hacía casi 70 años.
Los partidos de la Serie Mundial rindieron homenaje a la historia luchadora de los Cubs. El equipo de Chicago, que estuvo cerca de perder la serie en el quinto partido, logró remontar la final ganando los tres encuentros pendientes, dos de ellos a domicilio.
El último partido, que según datos preliminares pudo haber sido el evento televisado más visto desde la Super Bowl del pasado febrero, fue la culminación de una intensa batalla. Los Cubs estuvieron por encima en el marcador durante la mayor parte del encuentro hasta que los Indians marcaron dos home runs en los últimos compases del partido que igualaron el marcador y levantaron de los asientos a los seguidores locales del Progressive Field de Cleveland (Ohio).
La lluvia apareció cuando la tensión era máxima y forzó un parón de 20 minutos. Los Cubs, que en ese momento estaban sufriendo, salieron al terreno de juego con más convicción. Consiguieron imponerse de nuevo en el marcador, un golpe del que los Indians no pudieron recuperarse. Los Cubs eran campeones nacionales por primera vez en más de un siglo.
En la ciudad de Chicago, donde los Bears de fútbol americano llevan décadas sin ilusionar, y los años de gloria de los Bulls de baloncesto de Michael Jordan quedan lejos, los Cubs, los menos esperados, rompieron expectativas y devolvieron una sensación de victoria olvidada a la ciudad.
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