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Los lapsus del Barcelona en defensa

Las desconexiones del equipo favorecen remontadas en pocos minutos como la del City

Nadia Tronchoni
Agüero chuta a la portería de Ter Stegen ante la mirada de Mascherano.
Agüero chuta a la portería de Ter Stegen ante la mirada de Mascherano.Jason Cairnduff (REUTERS)

Lo reconocía, sin rubor, Pep Guardiola, al acabar el partido: “Estuvimos en la lona”. Pero el Barcelona en ningún momento dio el golpe de gracia en el Etihad Stadium. Y el City se levantó (3-1). Remontó el partido en 11 minutos. La goleada final la armó en 14. Era consciente Luis Enrique, técnico azulgrana, al término del encuentro de que fue su equipo el que perdió el choque y no los citizens quienes lo ganaron. Porque una concatenación de errores defensivos sentenció al Barça: “Hemos cometido un error grave que les ha permitido empatar. En la segunda parte, hemos acumulado errores en el inicio de las jugadas y en las posesiones de balón”, asumió Luis Enrique.

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Primero se equivocó el siempre correcto Sergi Roberto: sacaba la pelota desde el lateral, pero el balón fue interceptado. Una pérdida fatal. Que ya ningún jugador azulgrana se quitó de la cabeza. Luego, Busquets cometió una falta innecesaria al borde del área. Ambas acciones acabaron en gol y fraguaron la remontada.

Al City le bastaron 25 minutos en total para redimirse del partido de ida (4-0). Pero al Barça no es la primera vez que le ocurre esta temporada. Es más, ha habido partidos este inicio de curso en el que pareció desvanecerse por momentos y perder el hilo del juego en mucho menos tiempo. Sucedió en Mestalla o en Balaídos: ante el Valencia, los de Prandelli remontaron el encuentro en solo tres minutos fatales, aunque el campeón de Liga pudo igualar a los diez minutos y encomendarse al punto de penalti en el descuento para ganar un partido agónico y polémico. Ante el Celta, la pájara fue completa: 12 minutos de desconexión total y la gloria (un año más) para Berizzo.

Son los lapsus del Barça. Momentos del juego en los que el equipo ofrece una sensación de vulnerabilidad mayúscula y que, en partidos como los de Vigo o Manchester, le han costado sonoras derrotas.

Ocurre que en estos primeros 16 partidos del curso —en los que ha encajado 16 goles (sale a gol por partido)— Luis Enrique ha tenido que improvisar con las alineaciones en la retaguardia, fundamentalmente a causa de las lesiones. Lo difícil no ha sido solamente buscar un sustituto a Alves, sino suplir las bajas de larga duración de Piqué, esencial en la zaga, o Jordi Alba. Ambos están actualmente de baja. Pero antes lo estuvieron también Umtiti (15 días fuera), Mathieu o Sergi Roberto (ambos tres semanas de baja) o Mascherano. De hecho, al técnico le ha costado repetir línea de cuatro atrás. Y no por su querencia por las rotaciones, sino por falta de personal.

Sin Piqué, el director de orquesta, con dos laterales fuera de sitio y Digne sumando minutos, la tarea de atajar la sangría de goles reciente (nueve tantos en los últimos tres partidos como visitante) se hace más difícil.

Para corregirse, el Barcelona no tiene más que mirarse a sí mismo hace un año. El curso pasado a estas alturas ya había encajado 23 tantos (salía a 1,7 goles por partido); de hecho llegó a los 16 (los que lleva ahora) tras nueve encuentros, justo después de que el Celta le endosara cuatro en la quinta jornada de Liga. Entonces se señalaba a Ter Stegen, sustituto de Bravo, lesionado. Y el equipo se corrigió. Hoy los errores defensivos (y los 16 tantos encajados) le han costado al Barça tres derrotas (dos en la Liga, contra el Alavés y el Celta; una en la Champions, la del City) y un empate: ante el Atlético en la Liga.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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