Márquez, de vuelta a Sepang: “Todo aquello me hace ser más duro de coco”

Nadie ha pronunciado la palabra "patada" en el último año. Se ha hablado, mucho, de biscotto, complot, y muy especialmente, del circunloquio “lo que pasó al final del año pasado” o “el final de la temporada pasada”. Los eufemismos le han venido bien a Valentino Rossi para intentar borrar de la memoria esa especie de espasmo con el que acabó de finiquitar la maniobra irregular con la que echó de la pista a Marc Márquez en la carrera de Sepang del 2015. Ocurrió tras un duelo sucio con el que ambos culminaban un fin de semana que arrancó con una conferencia de prensa subida de tono. El italiano lanzó un ataque frontal al español. Y la estrategia, si es que en algún momento tuvo algo de estudiado, se le fue de las manos: Jorge Lorenzo ganó el Mundial en Valencia.

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Aquel incidente cambió la relación entre Rossi y Márquez para siempre. Y también cambió a sus protagonistas, especialmente al piloto de Honda, que endureció el carácter: “No tanto lo que pasó aquí [en Sepang], sino el final de temporada en general del 2015 me ayudó a coger mucha experiencia. Me hizo ser fuerte mentalmente y ver diferentes cosas que hasta ese momento no había visto. Todo aquello me hace ir un poquito más a mi bola ahora, ser más duro de coco”, confesaba este jueves.

Mientras el primero se ha pasado toda la temporada sacando a relucir las carreras de Phillip Island o Valencia, donde cree que se orquestó un complot en su contra y para favorecer a Lorenzo –“Es vergonzoso cómo Márquez y Lorenzo me robaron el título de 2015, me lo quitaron de malas maneras, lo que ocurrió en las últimas tres carreras fue increíble”, decía Rossi en una entrevista a British Telecom este septiembre–; el segundo ha optado por la callada por respuesta: “Entiendo a la gente, el morbo y estas cosas, pero yo quiero ganar este campeonato y si gasto un segundo en pensar en el pasado creo que no ayuda. Pienso en el presente, en el futuro”, afirmaba Márquez tras un duelo magnífico entre ambos en Silverstone.

Ha sido el único hasta la fecha. Y asegura el de Honda que no ha sido por falta de ganas. Porque además de lidiar con un tipo al que siempre le funcionó la guerra psicológica con sus rivales –“La clave fue olvidarme de los otros pilotos”, confesó el nuevo campeón del mundo en Motegi, nada más ganar la carrera y el título–, el joven español también aprendió tras múltiples duelos con el italiano el curso pasado a saber cuándo podía entrar en la batalla y cuándo no. No lo hizo en Montmeló, por ejemplo. Aunque muriera de ganas.

“Todos queremos ganar y cuando ganó él en Jerez a mí me hubiera gustado estar ahí delante. Quizá en Montmeló fue cuando estuvimos más cerca. Pero en las últimas vueltas tampoco pude y tiré la toalla porque iba muy justo. Y luego estuvo el duelo de Silverstone”, repasa el campeón de este 2016. Y se reafirma: su intención no era evitar a Rossi, –“Tampoco ha habido ninguna otra carrera de adelantamientos hasta la última curva, ni con él ni con ningún otro piloto–, ni lo hará en este gran premio de Malasia si la prueba se pone interesante: “Somos dos pilotos que siempre estamos luchando por el podio, por la victoria, es posible que nos encontremos en pista”.

El recuerdo de “lo que ocurrió el año pasado” en Sepang está más presente que nunca este fin de semana, aunque sus protagonistas se esforzaran este jueves por pasar página. “El 2015 se complicó solo aquí: con Vale convencido de que la carrera anterior había estado manipulada y aquella conferencia de prensa que lo cambió todo”, declaraba Lin Jarvis, director de Yamaha, en una entrevista publicada el pasado domingo en La Gazzetta dello Sport. “Yo siempre le digo a Vale que lo que pasó el año pasado no se puede olvidar. Y no se nos olvidará hasta que nos muramos. Es algo con lo que tienes que vivir, con esta rabia”, decía Uccio Salucci, amigo íntimo de Rossi, en una entrevista reciente publicada en Marca.

“Siempre he querido dejar este tema aparte. Yo no tengo nada nuevo que decir, ni distinto de lo que dije entonces. Para qué volver a sacar el tema. Al final, todo vuelve a la normalidad y lo importante es tener una relación profesional”, concedía Márquez este jueves, de vuelta a Sepang, donde recibió las felicitaciones de Rossi por el título que consiguió en Motegi, 11 días después. “No había tenido ninguna posibilidad de ver a Márquez en Japón, ni en Australia para felicitarle”, se escudó el de Yamaha.