Kovacic o el valor de la polivalencia

A pesar de la composición de la plantilla del Real Madrid, de marcada predominancia ofensiva y con clara vocación por la superpoblación de mediapuntas, Zidane es consciente de que en determinadas zonas del campo se ha de funcionar de manera grupal y se han de escoger las piezas en función de su capacidad de ensamblaje y no tanto por su valor individual.

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Ante el Betis, el técnico francés alineó a Isco, Kroos y Kovacic en el centro del campo. Resultó una composición equilibrada que permitió al Madrid establecer un ritmo de juego pausado —la pelota solo estuvo en movimiento en 53 de los 90 minutos— y que promovió, además, la participación de la línea de ataque y que las apariciones de Marcelo por la banda izquierda no generasen desequilibrio en defensa. Gracias a ese dominio del tiempo, el Madrid completó los mejores 45 minutos del curso en los que anotó cuatro goles.

Mientras que Isco marcó un doblete y Kroos entregó una asistencia a Varane en el primer gol, Kovacic realizó una de las actuaciones más completas que se le recuerdan. No lo ha tenido fácil el croata desde su llegada al Madrid, el verano de 2015, deseo expreso de Rafa Benítez, vendido como el sustituto de Modric —por aquello del emparejamiento de nacionalidades— y que ha terminado convertido en un híbrido entre su compatriota y Casemiro. En el Benito Villamarín su función pasó por evitar que el equipo se partiera a la hora de armar el contragolpe y que la salida de balón resultara lo más fluida posible.

Con un 90% de efectividad en el pase funcionó como el mejor socio de Kroos

El más preciso

Atendiendo a los números, Kovacic fue el futbolista más preciso del partido. Con un 90% de efectividad en el pase —realizó 50 y 45 llegaron a su destino— funcionó como el mejor socio de Kroos, al que entregó la pelota en 23 ocasiones para que fuera el alemán el que vertebrara el juego de ataque. Robó seis balones en acciones defensivas—más que ningún otro jugador en el centro del campo— y para ello solo cometió una falta.

Terminada la temporada 2014-2015 su estancia en el Madrid no parecía segura. De hecho llegó a tomar la decisión de abandonar el equipo en busca de minutos —solo fue titular en ocho de los 35 partidos en los que participó— pero una charla con Zidane y su participación durante la gira veraniega hicieron que se lo repensara. A Mateo, de 22 años, nacido en Austria, es habitual verle acompañado de Modric fuera del campo. De hecho, ambos se expresan con claridad en castellano ante los micrófonos y no rehusan responder ninguna pregunta, síntoma inequívoco de su aclimatación al país.

“Yo no voy a decidir donde jugaré, lo hará el entrenador, pero donde mejor me encuentro es en la zona defensiva del centro del campo”, aseguró en su presentación como jugador del Madrid. Con Modric de baja y Casemiro todavía en la recámara, la participación de Kovacic parece clara. De hecho, es junto a Kroos donde más cómodo se siente el croata puesto que todavía necesita una referencia que le oriente en su movilidad en el campo.

“Tenemos la suerte de tener jugadores importantes en cada línea”, aseguró Zidane tras la victoria. En uno de los momentos más críticos del año, tras cuatro empates consecutivos y con la enfermería a rebosar, la aparición de Kovacic ha resultado la mejor de las soluciones. Es, además, la muestra de que la polivalencia sigue siendo uno de los activos más valorados por los entrenadores.