Isco, golazos y fútbol

A los 39 minutos, Marcelo, probablemente, en fuera de juego, hacía el 0-3 y algunos aficionados abandonaban un Benito Villamarín hasta la bandera. Zidane, quizás obligado por las bajas, le dio la titularidad a Isco. El malagueño jugó por delante del doble pivote formado por Kroos y Kovacic. Se movió con una claridad evidente, disfrutando del juego entre líneas, combinando a la perfección con los delanteros y echando un cable a Kroos en la salida del balón. Isco interpretó a la perfección la alocada colocación de Petros, perdido en coberturas a las bandas y sin hacer su función de mediocentro defensivo. Por ese resquicio emergió Isco, tocando con Cristiano, buscando el pase en profundidad a Bale, lanzando al espléndido Marcelo en la banda izquierda.

Ya lo avisó Joaquín en la previa. Temía las prestaciones de un futbolista que conocía bien de su etapa en el Málaga, donde, precisamente, casi siempre actuó en la posición en la que le colocó Zidane en Sevilla. A su control del juego, Isco, ayudado también por la debilidad defensiva del Betis, se empleó bien en defensa. Isco vio una tarjeta amarilla y se apuntó a la fiesta con un gol a puerta vacía después de un contragolpe monumental del Madrid. Fue la mejor muestra del buen fútbol ofrecido por el conjunto madridista. Una salida en manada en ataque después de un saque de esquina a favor del Betis que acabó con las esperanzas andaluzas. Isco marcó a puerta vacía después de un pase genial de Bale.

En el segundo tiempo, el malagueño bajó el pistón, al son de sus compañeros, con el partido ganado después de un magnífico primer acto. Entonces, Poyet había rectificado su planteamiento, que no había contado, por ejemplo, con el juego entre líneas de Isco, flotando entre los centrocampistas del Betis. La recuperación de esta buena versión de Isco tuvo su colofón con el segundo gol del andaluz, un toque prodigioso en la escuadra de Adán. Pura magia, para el Madrid y para una selección española donde Lopetegui también lo espera. La mejor versión de Isco fue una de las mejores noticias de este Madrid que pasó por el Villamarín como un auténtico ciclón.