Barberá, piloto oficial de Ducati por un gran premio
Tras la renuncia de Stoner, a quien la fábrica italiana quiso volver a vestir de rojo, el español será el sustituto de Iannone en Motegi
“No he pegado ojo en toda la noche”, dice Héctor Barberá con una sonrisa como no hay otra en todo el Twin Ring Motegi, el circuito propiedad de Honda que acoge el Gran Premio de Japón este fin de semana. Tras una temporada fantástica (dos quintos y un sexto puesto con una Ducati de hace dos años lo acreditan), el piloto español será el sustituto del lesionado Andrea Iannone este fin de semana. Se enteró el miércoles por la noche, recién aterrizado en Narita, el aeropuerto de Tokyo. Y ni siquiera era seguro. La confirmación llegó este jueves. Será piloto oficial de Ducati por un gran premio. “Es la oportunidad de mi vida”, dice. Sin vacilar.
Está hecho un flan. Pero sabe que se lo ha ganado a pulso. “Por un lado estoy en shock, me dijeron que había un 98% de posibilidades de que me subiera a esa moto y casi se me para el corazón. Pero, por otro sé que me ha costado mucho llegar hasta aquí: llevamos dos años siendo muy competitivos”. Antes de salir a atender a la prensa, a las tres de la tarde en Japón, le han prestado una sudadera de Ducati y una gorra, también roja. Un par de horas antes iba vestido con la ropa de su equipo, el Avintia, de azul marino. Eso sí, calzaba unas fantásticas zapatillas rojas. Al parecer, le han dicho, no tendrá mono hasta el sábado. Habrá que ver con qué pintas sale este viernes a la pista. Aunque eso sea lo que menos le preocupa ahora mismo. Solo puede sonreír.
“Sé que no es mi sitio y que no me voy a quedar. Pero confío mucho en mí, en trabajar bien y en hacerlo lo mejor posible el fin de semana”, afirma. Por la mañana ya le dio tiempo a visitar el box, donde hay muchos miembros del equipo a quienes conoce. Y a advertir que la moto poco tiene que ver con la que ha llevado hasta ahora, por mucho que ambas sean Ducati, la diferencia entre la Desmosedici oficial y una Desmosedici 14.2 de hace dos años en un equipo privado es evidente. “Si tengo buenas sensaciones iré rápido y haré una buena carrera, pero tendré que ir paso a paso. Necesitaré esa adaptación los primeros días”, añade. La pista japonesa se le da bien: “hace falta potencia, la Ducati la tiene, y llego en un momento de forma física para afrontar estas tres carreras que vienen; la oportunidad me llega en el mejor momento”.
El sueño hecho realidad de Barberà es posible no solo por la baja de Iannone, que sufrió un accidente durante el gran premio de San Marino y se hizo una pequeña fractura en la tercera vértebra torácica –no pudo correr aquella carrera y tampoco lo hizo en Aragón, por el dolor– que le ha obligado a quedarse en tierra y no viajar a Japón. El piloto italiano, a quien se esperaba en Motegi, comunicó a su equipo que tampoco competiría este fin de semana el pasado domingo. Con apenas tres días de margen, Ducati ha buscado una solución de urgencia: no podía recurrir a su piloto de pruebas, Michelle Pirro, pues estará realizando un importante test con la GP17, el prototipo de Ducati para el año próximo; así que llamó a Casey Stoner, otro de sus pilotos en nómina, pero éste rechazó la oferta. La tercera opción, “el piloto que más lo merecía”, en boca de Paolo Ciabatti, director de equipo de Ducati, era Barberá.
Ciabatti espera que Iannone corra en Phillip Island
Aunque todo en torno a las apariciones y los no viajes de Andrea Iannone parece un poco extraño, porque el piloto de Ducati se enfadó cuando el doctor del circuito de Misano no le permitió correr, pese al visto bueno de los médicos que siguen habitualmente a los pilotos de MotoGP por todo el mundo, su equipo no quiere dudar de él. “No me gusta pensar mal”, dice Ciabatti, director del equipo de Bolonia. “Cuando fue el accidente en Misano el piloto solo pensaba en correr. En Italia había muchos fans, sus amigos, la familia… Luego creo que pensó que la fractura soldaría mucho antes. En Aragón, el siguiente gran premio, tenía mucho dolor, también mucho dolor muscular en el cuello. Cuando le dijeron, un mes después, que la fractura estaba prácticamente igual que el día del accidente, pensó en las consecuencias de una nueva caída. Y eso puede ser muy peligroso”. Ahora, tras el último escáner que se le practicó la semana pasada, el deportista ha renunciado a competir en Japón. Ya no había edema, pero la lesión no ha mejorado demasiado. Todavía necesita tiempo para que remita el dolor y poder moverse con soltura. O eso ha explicado. Informó a su equipo de que no cogería el avión a Tokyo a última hora, el domingo pasado.
Ciabatti confía en que esté en el gran premio de Australia. “Eso es lo que hablamos con él. Debería tomar la decisión en los próximos días. No estará perfectamente, pero ya debería estar en condiciones de volver. Solo él puede tomar la decisión de volver, ya que recuperarse totalmente de una lesión de este tipo cuesta dos o tres meses”. El equipo no tiene ninguna intención de presionarle para que vuelva, puesto que existen riesgos. Así que si no llega a Phillip Island le buscarán recambio. En este caso, sin embargo, su sustituto será el habitual: Pirro. El cuento de hadas de Barberá, en teoría, empieza y acaba en Motegi.
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