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Pau Gasol vuelve al cole

La estrella costea la remodelación de la cancha de Sant Boi donde se inició y revive emociones con los niños en un acto deslucido por la lluvia

Robert Álvarez
Pau Gasol posa con los niños en la cancha de la escuela Llor, de Sant Boi.
Pau Gasol posa con los niños en la cancha de la escuela Llor, de Sant Boi.JUAN BARBOSA

“Nervios y mucha emoción”. Pau Gasol no recuerda cuándo jugó su primer partido de baloncesto, pero sí mantiene viva la sensación que experimentó, y está seguro de que se disputó en una cancha de Sant Boi. Jugaba con el equipo del Colegio Llor de su ciudad natal. Aquel niño de siete años, que llevaba el número 14, el mismo que lucía su padre, Agustí, cuando formaba en el equipo de la UE Gaudí, regresó ayer, 29 años después, al patio del colegio donde todo empezó. A sus 36 años, con dos anillos de campeón de la NBA, un Mundial y tres Europeos en su extenso currículo, Gasol experimentó una inmensa sensación de felicidad por compartir unas horas con 150 chavales que ahora estudian y juegan en el colegio donde él anotó sus primeras canastas.

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El pívot, a punto de regresar a Estados Unidos para enrolarse en las filas de su nuevo equipo, San Antonio Spurs, aprovechó un resquicio en su agenda para inaugurar la remodelación de aquella cancha del colegio Llor, costeada por Gasol Foundation, Nike y la Fundación Llor. El acto quedó deslucido por el enorme retraso con el que compareció y la tromba de agua que cayó en Sant Boi y que apenas dejó resquicio para que se hiciera unas fotos con los chavales y anotara unas canastas para certificar la inauguración de la cancha. Luego, todos tuvieron que abandonar la instalación a la carrera para evitar la cortina de agua.

Pau, que de pequeño se decantaba por las asignaturas de ciencias y matemáticas y hace unos años empezó la carrera de medicina, recordó la anécdota del pupitre a medida que tuvieron que montarle debido a su estatura, 1,35 metros, ya entonces muy por encima de la media. Saltaba a la vista que su posición natural era la de pívot, pero era un jugón y le gustaba actuar como si fuera un base, subir la bola, pasar, botársela por entre las piernas, ordenar la jugadas del equipo... Y era espabilado, un poco sobrado, recuerdan algunos de sus profesores. Lluís Carbonell, el de matemáticas, se quedó de piedra cuando aquel chaval le soltó un día: “Un día jugaré con Michael Jordan”. Carbonell, y sobre todo sus padres, Agustí y Marisa, le subrayaron que la prioridad eran los estudios. Se trataba de hacerlos compatibles con su afición al inglés y a tocar el piano y con su potencial y ambición en el deporte.

Pau Gasol en la cancha donde empezó a jugar de niño.
Pau Gasol en la cancha donde empezó a jugar de niño.Juan Barbosa

Todos pusieron su grano de arena, empezando por Josep y Angel Soriano, responsables de la Escuela Deportiva; Ricard Farrés, su profesor de biología y luego también director deportivo de la institución, o Miquel Vallhonesta, uno de sus primeros entrenadores. Pau jugó en el colegio hasta 1993. Con 13 años, cuando ya empezaba a adivinarse de manera muy incipiente su potencial, se fue a jugar a un equipo de más entidad, el Cornellà. “No quiero perder nunca el apego a mis raíces y ese amor por mi cultura”, escribe en su libro Pau Gasol Vida. Lo demostró en un acto emotivo, con los niños que ahora encestan donde todo empezó para él.

“He elegido San Antonio para ser una pieza clave”

EUROPA PRESS

Gasol, poco antes del estreno de la remodelación de la cancha de la Escuela Llor, protagonizó una charla ante decenas de niños, en un evento organizado por Nike y titulado 'Unlimited You Talk' celebrado en el hospital de Sant Pau. "No me pongo límites. Creo mucho en ser ambicioso. Con todo lo que he conseguido podría haberme conformado quedándome en Chicago, donde tampoco importa mucho perder, pero he elegido San Antonio para ser una pieza clave", comentó en la charla presentada por el periodista Manel Fuentes.

De su camino hacia a la élite describió las sensaciones de su salto a la NBA en 2001. "Fueron momentos de reflexión, mi familia fue un apoyo importante. En aquel momento era como ir a otra galaxia. Sabía que físicamente no estaba desarrollado para competir con hombres como Shaquille O'Neal, a quien siempre he admirado, pero trabajé mis puntos fuertes y dejé de lado mis flaquezas", expresó.

Por último resaltó la importancia del deporte. "El deporte es una herramienta de educación que me ha dado cosas muy importante a nivel humano como ser embajador de Unicef o crear la Gasol Foundation", comunicó.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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