"El éxito marea, hay que digerirlo"
El baloncesto es el hilo conductor en la historia de la familia Gasol. A finales de los años setenta, los padres de Pau y Marc se conocieron a través de un amigo común. Trabajaba con ella, Marisa, en el hospital de Bellvitge y jugaba con él, Agustí, en un equipo de baloncesto, el Gaudí. Marisa y Agustí compartían profesión, ella era doctora y él ATS, y afición, porque ella también jugaba al baloncesto en el Cornellà. El pasado 14 de junio, tres años después de haber ganado el Mundial con la selección española, Pau llegó a la otra cúspide del baloncesto: el título de la NBA con los Lakers. Con la perspectiva de los días transcurridos, su padre Agustí reflexiona: "Hay que aprender a digerir los éxitos lo mejor posible, no dejarse llevar por una euforia que marea un poco, que llega a angustiar. Pero vives esos momentos con intensidad. Sabes lo que realmente le ha costado a Pau, cuál ha sido el precio, lo que ha tenido que luchar y sufrir".
"En 2001 intuimos que debíamos acompañar y proteger a Pau"
Sí, Pau ha tenido que sufrir, y su familia ha sido arte y parte en su carrera y en la de su hermano Marc, también jugador de la NBA con los Grizzlies de Memphis. "Intentamos no mirar atrás. Si lo haces, si ves lo que ha pasado durante los últimos ocho años, da vértigo", cuenta Agustí. "Miramos qué podemos hacer mañana para mejorar. En ese sentido, lo que dice Pau es una buena señal porque ha renunciado a la comodidad, a tomarse un descanso, y ha preferido centrarse en intentar ganar el próximo Europeo [del 7 al 20 de septiembre en Polonia]. Eso quiere decir que mantiene ese punto de ambición necesario para seguir progresando".
El baloncesto cambió por completo la vida de la familia Gasol, afincada en Sant Boi de Llobregat. "La expectativa cuando Pau tenía 18 años era que acabara lo que le gustaba, la carrera de Medicina. Fue una primera decisión crítica. No podía seguir estudiando y a la vez jugar al baloncesto con el nivel de exigencia de un equipo como el Barça. Fue una decisión muy complicada porque muchos intentan triunfar en el deporte y una mayoría no lo consigue".
La carrera de Pau dio un giro cuando abandonó el equipo azulgrana para irse a la NBA. El 27 de junio de 2001 fue elegido en el tercer puesto del draft. Cambió su vida y la de su familia, que emigró a Memphis. "No sabíamos adónde íbamos, pero intuimos que debíamos acompañarle y protegerle un poquito, conseguir que gozara de un entorno que le hiciera sentirse como en casa en un país entonces desconocido para él y en un ambiente diferente". Les ayudó la actitud de los hermanos de Pau, Marc y Adrià. "Marc no puso ninguna objeción. Era un adolescente, jugaba en el cadete del Barça y tenía sus amigos en Barcelona. Pero lo entendió y aceptó el reto, igual que Adrià, que era muy pequeño".
Tras el fichaje de Pau por los Lakers en febrero de 2008, su familia empezó a planear su regreso a Barcelona. "Pero Marc, que entonces jugaba en Girona, fichó por los Grizzlies y eso motivó que siguiéramos en Memphis". Entre los momentos duros, Agustí recuerda la adaptación de Pau a la ciudad y a los Grizzlies. "Fue un proceso que inició sin conocer nada, con unos compañeros a los que tenía que demostrar su valía y que, en principio, no le tenían mucha confianza. Profesionalmente tenían dudas, pese a que fue el tercero del draft. '¿Qué va a poder aportar un chico tan delgado como éste que viene de España?', se debían de preguntar. Él notaba esa falta de confianza. Tuvo que ganársela en cada entrenamiento, minuto a minuto, hasta que lo demostró, y de sobras. Eso también le costó a Marc, pero no tanto porque ya había tenido una experiencia en Estados Unidos".
Una de las lacras de la NBA deriva de los problemas sociales de algunos jugadores que caen en adicciones, se arruinan o se sumen en el mundo de la delincuencia. "Allí es más habitual encontrarse con jugadores con un entorno complicado. No nos ha espantado eso. Dentro de la disciplina de equipo, nunca ha habido problema", explica Agustí. "Otra cosa es que, cuando un jugador entra en la NBA, de golpe y porrazo se encuentra con un entorno muy diferente, empieza a ganar mucho dinero y a estar rodeado de un entorno con un nivel social muy alto. Hay que protegerlos de estas posibles influencias que les podrían distraer y ser negativas". El éxito de Pau y Marc es también el éxito de una familia admirable.
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