Villar se pliega a la Orden Ministerial

Después de ocho meses retrasando a conciencia las elecciones a la presidencia de la Federación Española de Fútbol formulando reglamentos electorales que no se ajustaban a la Orden Ministerial, Ángel María Villar ha rectificado y se ha plegado a las normas gubernamentales. La Comisión Delegada de la Federación Española de Fútbol (FEF) se reunió ayer y decididó enmendar los puntos por los que el reglamento había sido rechazado en dos ocasiones por el Consejo Superior de Deportes (CSD) y por el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD). Con esta decisión, las elecciones a la FEF se celebrarán el 20 de diciembre una vez que reciba el TAD el nuevo reglamento y de ahí pase a la Comisión Directiva del CSD para que lo apruebe. Esta se reúne este viernes, pero lo hará para rechazar el reglamento anterior que no cumplía con la orden.

La norma obliga a la utilización del voto electrónico si un candidato así lo sugiere, como era al caso, a realizar el voto por correo ante notario o en una estafeta de Correos y no por mensajería. Otro de los puntos que no cumplía el reglamento electoral era el de la moción de censura.

Por este retraso en las elecciones, Villar tendrá que presentarse el 15 de septiembre en un juzgado de Majadahonda para declarar ante un juez por presunta prevaricación. La querella fue interpuesta por Miguel Galán, también candidato a la presidencia de la FEF. El retraso en las elecciones, además de haber supuesto una batalla más en el pulso que mantiene con Miguel Cardenal, presidente del CSD, ha permitido a Villar marcar los tiempos en sus estrategias de poder. Una vez que supo que Michel Platini no podría presentarse a las elecciones de la FIFA y que también debía abandonar su cargo como presidente de la UEFA al estar inhabilitado para cualquier actividad relacionada con el fútbol, Villar se postuló para asaltar la poltrona del fútbol europeo.

Desde un primer momento, el presidente del fútbol español tuvo muy claro, pese a su discurso público, que sus posibilidades de presidir la UEFA eran escasas. Por ello, no dudó en anunciar que si no ganaba o retiraba su candidatura, como así ha sucedido, se presentaría a las elecciones de la FEF para tratar de alargar su mandato hasta los 32 años.