Toni Bou, los 20 títulos de un hombre tranquilo
El campeón de trial que nunca se separa de su moto ya tiene un nuevo reto: superar las 99 victorias de Lampkin. Le quedan 10
Le bastaba con terminar, el sábado pasado, entre los siete primeros. Pero ganó la primera manga con solo 13 puntos, 43 menos que el segundo, su rival Adam Raga, que aunque lo ha intentado, un año más, no ha podido con él. Toni Bou (Piera, Barcelona; 29 años) ya suma 20 títulos mundiales, con este diez de trial outdoor, más los otros diez indoor. Cuando llegó el lunes por la tarde al aeropuerto de Barcelona desde Treviso, derrotado, después de, por cierto, ganar también la segunda manga, el domingo, por puro vicio, quiso irse a casa a descansar. “Pero los amigos no me dejaron. Tuve que salir a cenar. Había que celebrarlo”, concede, con una calma que se diría propia del trabajo bien hecho. Pero Bou es siempre igual de amable. Tranquilo. Con una sonrisa de esas estampada en la cara, de boca cerrada, que invita al diálogo. “Dicen quienes le conocen que es mejor persona que piloto. Imagínate”, conceden quienes le acompañan.
Es una jornada dura, seguramente más de lo que lo es una de entrenamientos: cada día se monta en su moto a las 10 de mañana, aproximadamente, “la misma hora a la que empieza una carrera de campeonato del mundo”, apunta. Hace tres horas de moto al día y, dependiendo de si es una semana de gran premio o no, se pasa más o menos horas en el gimnasio.
Este martes tampoco se separa de su moto. Pero no parece importarle andar dando brincos de redacción en redacción, explicar cómo ha conseguido lo que ningún otro y demostrar sus habilidades al mando de su Montesa Cota 4RT.
Pese a lo que pueda parecer, el año no ha sido fácil. Comenzó la temporada con una lesión en el hombro, como ya le ocurrió hace dos años. Si bien, su experiencia y el cambio de equipo de Raga –la desaparición de Gas Gas le llevó a embarcarse en el nuevo proyecto del expiloto Jordi Tarrés– le facilitaron el camino: “Al principio conseguí una buena ventaja y eso me hizo pilotar más tranquilo y recuperarme de la lesión sin presionarme tanto en cada carrera, ya que sabía que era un año complicado”, explica en una entrevista concedida a este diario.
Además, su Montesa, con todo el apoyo de la casa Honda a sus espaldas, nunca falla. “Necesitas una moto que te dé mucha confianza. Este un deporte en el que técnicamente se marca la diferencia”, asume. Las manos y el cuerpo del piloto hacen el resto. Lo han hecho los últimos diez años. La herencia que le dejaron sus inicios en la bicicleta (en la modalidad del trialsin) convierten a Bou en uno de los pilotos más físicos y agresivos del Mundial. Aunque este año, con el hombro maltrecho y algunas zonas menos técnicas, le costara destacar: “Soy agresivo y marco la diferencia en las zonas complicadas, sin embargo, este año no era así; las zonas complicadas no las pasábamos casi y teníamos problemas para marcar diferencias”.
Pese a que ganar tantos títulos podría suponer cierto hartazgo, a Bou no parece suponerle un gran esfuerzo volver a empezar. “Esto es lo que más me gusta hacer. Y me encanta seguir mejorando, soy muy competitivo”, dice. Ya tiene un nuevo reto: superar las 99 victorias de Dougie Lampkin. “Llevo 89, así que aún me queda [este año ganó 11 de 14]. Hay cambio de reglamento y de organizadores y no sé cuántas carreras habrá el año que viene, veremos cómo va”, dice. Y se marcha. Con su moto.
¿La Ley de Montes? “Es una pena que sigamos aún con esta normativa”
Toni Bou se fue a vivir a Andorra hace año y medio. “Hace tiempo que iba allí a entrenar. Por la altura, por el lugar y las condiciones del país es todo más fácil; al final tienes que preocuparte solo de entrenar”, cuenta. Como tantos pilotos de trial, especialmente, o motocross lamenta que no se haya regularizado su situación. Por la Ley de Montes no se les permite entrenar en la montaña, donde van para reproducir en el día a día una situación de competición. “Es una pena que sigamos aún con esta normativa, sobre todo por los aficionados, ya que al final los profesionales nos dedicamos a esto y podemos pagar las multas que nos ponen. Para los aficionados se debería buscar una solución: habilitar unas áreas donde pudieran practicar este deporte”.
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