La Champions exigirá lo mejor de la Liga
El sorteo deparó duros rivales para el Barça, el Atlético y el Sevilla y fue más benevolente con el Real Madrid
El bombo de la Champions no giró precisamente a favor de la competición estrella del sorteo como era la Liga. Acaso, el único afortunado fue el Real Madrid, que enfrentará a un rival notable —Borussia Dortmund—, a un segundo nostálgico —Sporting Lisboa, el club en el que se formó Cristiano Ronaldo—, y a un tercero menor: el Legia de Varsovia. Fundador de la Copa de Europa, domina la competición con 11 títulos, ha ganado dos de las tres últimas ediciones y aspira a ser el primero en renovar la corona de la Champions, el 3 de junio de 2017 en Cardiff, la cuna de Gareth Bale.
El cartel del Madrid como club quedó de nuevo reforzado a nivel individual porque Cristiano Ronaldo fue elegido como el mejor jugador de Europa de la temporada 2015-2016, por delante del propio Bale y de Griezmann, el delantero del Atlético.
Duelos fraticidas
El azar no jugó precisamente a favor del Atlético, subcampeón en Lisboa (2014) y Milán (2016), nuevamente emparejado con el PSV Eindhoven, al que el curso pasado eliminó en la tanda de penaltis; al Bayern Múnich, el último campeón alemán (2013), abatido también en 2015-2016 por los rojiblancos camino de San Siro; y al Rostov, el representante ruso, circunstancia que supone además un viaje complejo a Rusia.
Ya se sabe también de la tendencia del Barcelona a cruzarse con viejos amigos, ninguno como Pep Guardiola. Ya rivales cuando el técnico barcelonista entrenaba al Bayern Múnich, ahora se volverán a ver las caras porque las bolas juntaron al Barça con el Manchester City, la entidad manejada además por dos célebres exbarcelonistas: Ferran Soriano y Txiki Begiristain. Aunque su situación deportiva es actualmente precaria, la historia avala igualmente a los otros dos componentes del grupo: el Borussia Moenchengladbach y el Celtic de Glasgow, un adversario ya tradicional en el Camp Nou, no siempre accesible para los barcelonistas, por mejor recuerdo que dejara Larsson.
El Borussia es curiosamente el equipo en el que se formó Ter Stegen y Guardiola acaba de fichar a Claudio Bravo para el Manchester City. Así que se preven emociones fuertes en Manchester, Moenchengladbach y el Camp Nou.
Y al Sevilla de Sampaoli le esperan también jornadas intensas en Europa ante la Juventus, finalista en 2015 y con quien ya jugó la pasada temporada; el Olympique de Lyon y el Dinamo de Zagreb.
El sorteo fue muy desigual en un torneo que repartirá más de 1.300 millones de euros y cuyo campeón se embolsará 57,2 millones, premios que atienden a las exigencias de los grandes clubes, que habían amenazado con crear una competición paralela si no se incrementaban los ingresos de la UEFA. Los organizadores respondieron a tiempo y se anuncia una competición nueva para 2018. La intención es que ningún equipo de las grandes Ligas se quede sin representación en la Champions después de que en el actual formato quedaran apeados históricos como el Milan o el Manchester United.
Las alternativas
El último campeón inglés fue el Chelsea en 2012 y por parte de Italia salió ganador el Inter en 2010. Los equipos españoles han sido los protagonistas de las últimas ediciones, especialmente el Madrid y el Barça, que ha ganado sus cinco títulos a partir de 1992. Los azulgrana fueron eliminados el año pasado por el Atlético y no tuvieron mayor consuelo en el hecho de que un gol de Messi, el que consiguió contra la Roma en el Camp Nou, fuera elegido como el mejor frente a los conseguidos por otros siete jugadores, entre ellos el rojiblanco Saúl. El Atlético lidera precisamente la alternativa al Madrid, aspirante a reeditar el título, cosa que no ocurre desde 1990 con el Milan, cuando funcionaba el formato de la Copa de Europa. Los pronósticos apuntan igualmente al Barça como uno de los favoritos al tiempo que no se descartan opciones como las del Bayern, Juve y el PSG de Unay Emeri. El sorteo, en cualquier caso, rindió pleitesía al Madrid.
El campeón se embolsa como mínimo 57 millones de euros
Cada uno de los 32 clubes participantes en la fase de grupos recibirá un fijo de 12,7 millones de euros. Al margen de ello, los clubes percibirán un bono de 1,5 millones de euros por victoria y 500.000 euros por el empate durante esta primera fase. Los que accedan a los octavos de final recibirán hasta seis millones de euros cada uno, los cuartofinalistas, 6,5 millones y los semifinalistas, 7,5 millones.
Con este reparto, el campeón de la Liga de Campeones podría alcanzar los 15,5 millones de euros y el finalista, 11 millones, incluidos los ingresos por la venta de entradas para la final. Por lo tanto, lo máximo que podría ganar un club son 57,2 millones de euros, sin incluir sus asignaciones en las eliminatorias o el Market Pool, que distribuirá unos 507 millones. Este es un sistema de reparto que tiene en cuenta los derechos de televisión en cada país, el número de equipos del mismo que participan en la fase de grupos o la posición en la temporada anterior de los equipos en sus respectivas Ligas domésticas.
La temporada pasada el club que más ingresó fue el Real Madrid, que como campeón recibió 94 millones de euros.
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