Abanderadas de la superación
Yusra Mardini, Zahra Nemati, Érika Olivera y Majlinda Kelmendi han dejado atrás sus pesadillas y encabezarán las expediciones de sus países en el desfile de apertura
“Quiero representar a todos los refugiados porque quiero demostrar que después de la tormenta, llegan los días de calma”, dice Yusra Mardini, nadadora siria de 18 años que llevará la bandera olímpica en el desfile de los Juegos que arrancan el sábado. Mardini se salvó de una tormenta mientras huía de la guerra subida a un bote con destino Lesbos junto a su hermana. Se salvó y ayudó a sus compañeros de travesía a no ahogarse.
No es la única que ha sobrevivido a una tormenta. Los días de calma han llegado también para otras tres deportistas que serán abanderadas y encabezarán el desfile de sus países en la ceremonia de apertura. Zahra Nemati, iraní de 31 años, era taekwondista y el terremoto que destrozó su país en 2003 le rompió la columna vertebral. En los Juegos de Londres consiguió la primera medalla olímpica para una mujer iraní. Érika Olivera, chilena de 40 años, sufrió abusos de su padrastro durante 12 y decidió denunciarlo. Lo hizo dos días después de que la presidenta Michelle Bachelet le entregara la bandera para el desfile. Majlinda Kelmendi, judoca de 25 años, ha competido bajo tres banderas diferentes y ahora, por fin, podrá hacerlo con la de su país: Kosovo.
El terremoto de Bam que devastó el sureste de Irán el 26 de diciembre de 2003 (26.271 muertos y más de 30.000 heridos) terminó también con los sueños de Zahra Nemati, que se entrenaba a diario en el tatami. La lesión en la columna vertebral la obligó a una vida en silla de ruedas. Pero vio una forma de seguir haciendo deporte allí sentada. En 2006 empezó a competir en tiro con arco. Y seis años después, en Londres 2012, consiguió dos medallas: oro en individual y bronce por equipos en los Juegos Paralímpicos. En Río también ha conseguido el pase para los Juegos Olímpicos.
Antes de llegar a Río para su quinto maratón olímpico, Érika Olivera, confesó en la revista chilena Sábado que durante 12 años había sufrido abusos por su padrastro, pastor evangélico. “Tenía 5 años cuando empezó a abusar de mí. Empezó con caricias, como si fuera un juego. Yo no me daba cuenta de lo que estaba pasando. Me decía que nadie tenía que enterarse. Utilizaba el deporte para chantajearme. ¿Quieres ir a entrenarte? Ya sabes lo que tienes que hacer... Si me negaba, me amenazaba”, contó la atleta chilena, que hasta puso semillas venenosas en el mate de su padrastro para que se muriera. “Con 12 años se lo conté a mi madre y me dijo que esperaba que fuera mentira porque, de ser verdad, nadie te va a querer ni van a querer tener hijos contigo”, relata Érika. La pesadilla terminó con 18 años. “Me rebelé, intentó pegarme, opuse resistencia y salí gritándole viejo de mierda”.
En Río ganó su primer mundial la judoca Majlinda Kelmendi, que en el desfile de la ceremonia llevará la bandera de Kosovo. Es el estreno de su país en unos Juegos, (fue reconocido por el Comité Olímpico Internacional a finales de 2014). Majlinda —dos veces campeona del mundo en -52— ha competido bajo tres banderas, la de Albania (en Londres) la de la federación internacional y europea. Su entrenador, Driton Kuka, se quedó fuera de los Juegos por la guerra de los Balcanes y las sanciones impuestas a Yugoslavia. Durante la guerra, su ciudad y la de Majilinda, Pec, fue destrozada. Kuka y su familia ayudaron a construir un dojo —lugar donde se practica el judo—, en el que ingresó Majlinda en 2000.
“Lo mejor que ha podido pasar es que el COI reconociera a Kosovo. Ahora los jóvenes atletas pueden soñar con representar a su país en unos Juegos”, declaró la judoca. La expedición de su país en estos Juegos es de 8 deportistas.
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