“En el Barça la pelota te llega, no hay que ir a buscarla como un loco”
El nuevo jugador azulgrana, que jugó en el filial con Eusebio, repasa su carrera
Denis Suárez cumplió su sueño infantil al debutar con La Roja. Fue durante la convocatoria previa a la Eurocopa, en Austria, cuando Del Bosque rellenó el equipo de los más prometedores talentos del fútbol español, a la espera del grueso de la convocatoria, la mitad en la final de la Champions, el resto de vacaciones. Y en ese grupo de futuro estaba claro que este futbolista, en cuestión de semanas, iba a terminar vestido de azulgrana, porque el Barça ejecutaría su opción de recompra tras la excelente temporada cuajada en el Villareal. Allí, en los Alpes, atendió a El País aunque Paloma Antoranz, jefa de prensa de la selección española, pidió que no se le preguntara por el Barcelona. No hizo falta, el tema salió solo. El martes pasó revisión médica y este miércoles lo presentan en sociedad.
Pregunta. ¿Esperaba terminar el año debutando con la selección?
Respuesta. Pensaba que podía estar en esta lista. La temporada había sido buena y sabía que existía la posibilidad. Para mí ha sido cumplir un sueño, porque crecí sentado ante el televisor viéndola jugar y desde los 16 años suelo venir a las convocatorias. Como aficionado he tenido la suerte de poder celebrar los tres títulos. Tengo más recuerdos alegres que tristes, aunque seguramente, el primero remita al mundial de Corea. Puede que el más especial sea el día de los penaltis contra Italia en la Eurocopa de 2008, cuando Cesc tiró el penalti y lo marcó. En mi casa, en Salceda, había una cena con amigos de mis padres. Yo era un crio, no sé sería alevín. Y fíjese, he terminado por compartir selección con Fábregas. Es muy fuerte.
P. Dicen que en su casa había un ambiente muy futbolero, ¿es cierto?
Me gustaba mucho Gustavo López, pero para mí Mostovoi era Dios
R. Sí, mucho. Somos todos socios del Celta, de pequeño iba al campo los domingos. Era la época dorada, de Mostovoi… ; pero, claro, también me tocó llorar por el descenso. Mi padre es chapista, tiene un taller de la Citroën y, además, jugaba al fútbol, llegó a tercera. Jugó en el Caseras y en Porriño, donde empecé yo. Yo le vi jugar de aficionados, en el equipo del barrio, en la liga mítica de Torán. Era delantero, pero también jugaba de central o por banda… Ahora cuando me mete caña, le vacilo y le digo que era un paquete; pero, la verdad, no me acuerdo.
P. ¿Su ídolo era Mostovoi?
R. Sí, absolutamente. Y también me gustaba mucho Gustavo López. Pero para mí Mostovoi era Dios. Tengo camisetas del Celta con su nombre y alguna de Gustavo López, no suyas, comparadas. Un día me hice una foto con él. Todavía la tengo en casa, en la escalera que sube a la segunda planta.
P. Ahora se las piden a usted, ¿cómo lo lleva?
R. Imagínate, se me hace raro. Yo no contaba con esto. Pero, en estos momentos, en lo único que pienso es en que quiero más, en competir con los mejores. Puede que sea muy ambicioso, pero lo siento así. Quiero ser un buen jugador y para eso he tomado las decisiones en mi vida.
P. ¿Cómo irse a Manchester siendo tan joven?
R. Por ejemplo.
P. ¿Qué le queda de aquello?
La verdad es que el primer día que llegué al City y lo vi a David y al Kun [Agüero] en el vestuario me asusté un poco
R. Por encima de todo, la experiencia, que es lo mejor; y también amigos. Llegar a la selección y encontrarme con Silva, por ejemplo, que me dice: “niño estás más flaco”. Que un jugador de su nivel se acuerde de mí… La verdad es que el primer día que llegué al City y lo vi a David y al Kun [Agüero] en el vestuario me asusté un poco, pero me ayudó a madurar muchísimo. Yo estaba acostumbrado a estar en familia, a un entorno súper cuidado. En Manchester descubrí un mundo. Maduré mucho. Y allí descubrí que esto iba en serio.
P. ¿Y por qué volvió?
R. Porque siempre quise jugar en España. Fue un paso adelante volver y fichar por el Barça B. En el Manchester jugué dos o tres partidos y en el B lo hice casi todo el año, me dio mucho. Y me abrió las puertas del Sevilla. El fútbol son etapas, las he ido quemando. Bueno quemando, no; he ido aprendiendo peldaño a peldaño.
P. Es usted producto de la mano de no pocos entrenadores.
R. Pues sí, no se puede decir que he aprendido solo de uno. Estuve con Mancini. con Eusebio, al que había conocido del Celta, que me subía entrenar cuando todavía era cadete, con Emery, con Marcelino…
P. ¿Se imagina lo que debe ser entrenar con Luis Enrique?
R. No sé, pero me siento preparado para afrontar todos los retos que vengan. Estoy listo para todo. Y siempre quiero más. Quiero ser un jugador importante.
Con Unai Emery, en el Sevilla, crecí físicamente y defensivamente
P. Y de Eusebio, ¿qué recuerdo guarda?
R. Inmejorable. Ya le digo, en el Celta me hizo entrenar con los mayores y en el B, me enseñó a entender el juego del Barça. El fútbol del Barça es diferente de todo y si lo entiendes puedes jugar en cualquier sitio. Yo era un mediapunta acostumbrado a moverme por donde quería, iba por todos los lados y un día me cogió, me llevó al despacho, y me dio una clase. Me dijo donde quería verme jugar, las zonas del campo que debía ocupar, por la derecha o por la izquierda y, a partir de entonces, di un cambio brutal. Nos marcaba los sectores del campo por donde debíamos movernos. El juego del Barça tiene muchas cosas, pero parte de la posición. Entendí que el balón te llega, no hay que ir como un loco a buscarlo por todos.
P. ¿Y con Emery?
R. Crecí físicamente y defensivamente. Venia del filial del Barça, donde nos pasábamos el partido atacando y cuando lo perdíamos, presionábamos en el área contraria para recuperarlo. Con Unai jugábamos al repliegue, teníamos mucho más campo que defender. Empecé jugando mucho, luego pegué un bajón, pero no creo que haya sido algo raro porque era mi primer año y en el equipo estaban Banega, Iborra. Unai me dio muchas oportunidades en mi primer año en Primera.
Gracias a Marcelino, he explotado en el fútbol de elite
P. También ha tenido a Marcelino. ¿Es tan seco como parece?
R. Es exigente, muy sincero, no se corta un pelo. Cuando entrena te dice lo que te tiene que decir, pero recibe bien lo que le has de decir tú. Gracias a él, he explotado en el fútbol de elite. Tengo la sensación de que en Sevilla hacia cosas, pero que de verdad ha sido este año cuando he roto. Con él me he quitado la timidez, soy más regular, más constante y defensivamente participo más. Creo Marcelino que me ha dado un empujón importante, he bajado peso y ahora me siento más rápido. Por eso Silva me dijo que estaba más fino. Siento que cada paso que he dado ha sido hacia adelante.
P. ¿Se alejó del gol?
R. Siempre he sido más pasador. Ahí me reconozco. En el 4-4-2 del Villareal jugaba en banda, pero de afuera para adentro y, desde ahí, suelto el pase. Soy más pasador que goleador. Me gusta tener el balón.
P. ¿Dónde se imagina dentro de dos años?
R. Compitiendo por lo máximo. Por títulos, en la selección. Ya veremos. No todo depende de mí, pero esfuerzo no me va a faltar.
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