Djokovic cae en Wimbledon ante Querrey
El número uno pierde en la tercera ronda frente al estadounidense, 41 de mundo, por 7-6, 6-1, 3-6 y 7-6 (después de 2h 58m y dos días de juego). Federer y Murray quedan ahora como favoritos al título
Que Wimbledon es el torneo de los golpes de efecto y la imprevisibilidad está claro, pero muy pocos (por no decir nadie) intuían lo que ocurrió ayer en la pista 1 del All England Tennis Club, en un pulso episódico que había comenzado el día anterior, a media tarde, y que se resolvió de forma fraccionada, de parón en parón, cuando la lluvia londinense lo tenía a bien y permitía que se reanudase el juego. Allí, Novak Djokovic claudicó. Lo hizo en la tercera ronda, contra el 41 del mundo, Sam Querrey, un pegador de la factoría estadounidense sin mayor gloria que un pequeño ramillete de torneos menores. Por lo tanto, todo un sorpresón: 7-6, 6-1, 3-6 y 7-6 (después de 2h 58m).
De repente, cuando todo abocaba a otro fotograma triunfal del serbio, Nole dijo adiós, y lo que hace unos días se veía meridianamente claro cambió de forma radical. Se hicieron trizas todos los pronósticos y se abrió de par en par una gigantesca puerta para los dos hombres que figuraban a rebufo, Roger Federer y Andy Murray. El primero, 34 años, era quien en teoría iba a cruzarse con Djokovic en las semifinales, el hombre que le había privado los dos últimos años de su octavo trofeo de Wimbledon y su 18º del Grand Slam. Y el segundo, héroe local, tiene ahora la oportunidad de volver a encumbrarse en casa, ante su público, y de obtener una porción del pastel que llevan repartiéndose Djokovic, Federer y Rafael Nadal durante la última década.
Lo que logró ayer Querrey, hijo de un banquero y de una ama de casa, fanático de los Clippers de la NBA, fue toda una proeza. Tumbó al rey, al jugador que encadenaba una secuencia de 30 triunfos consecutivos en partidos de Grand Slams –su última derrota fue en la final de Roland Garros, julio del año pasado– y 16 en la hierba de Wimbledon, donde Djokovic había alzado ya tres trofeos. Fue como si la cebra devorase al león, o como si una franquicia de perfil intermedio venciera en las Finals a los Cavaliers. El bombazo de Querrey fue tremendo, porque hoy día cuesta imaginar un deportista que tenga en su área una supremacía superior a la de Djokovic con la raqueta.
Adiós al sueño del Grand Slam
Lógicamente, al número uno le escoció la caída. Aceptó son suma deportividad la derrota y no quitó mérito alguno a Querrey, pero en la sala de prensa se le percibía tocado. “No, ¿por tendría que haberla? He dicho que no quiero hablar sobre eso. Por favor, respétalo”, le dijo a un periodista que pretendía saber si tenía alguna preocupación en la mente que le hubiera podido perjudicar durante el pulso. “Sí, preferiría que tus preguntas fueran un poco más cortas”, le espetó a otro, italiano. No está acostumbrado Djokovic a pasar por este tipo de tragos y por eso perdió el tono agradable que ofrece durante su régimen dictatorial. Se había hecho el de Belgrado con cinco de los últimos seis majors y este año le brindaba además la posibilidad de obtener el Grand Slam (los cuatro grandes el mismo año). Pero se esfumó. Querrey había obtenido una inesperada renta de dos sets el día anterior y obligaba a Nole a la remontada: tres parciales sucesivos, sin margen de error.
No lo consiguió el número uno –solo materializó tres opciones de break de las 17 que tuvo– y se despidió de Londres, el escenario que le hizo convertirse en tenista para seguir los pasos de su técnico, Boris Becker. Se marchó Nole triste, pero lo hizo sin escudarse en excusa alguna. “Los interrupciones y los retrasos fueron los mismos para los dos. No es necesario hablar de las condiciones. Es obvio que no solo a nosotros, sino a todos los que vienen a vernos jugar, les frustran tantos parones ”, sentenció. “Pero, bien, solo puedo felicitarle a Sam. No quiero restarle nada de valor a su victoria. Mereció ganar”, expresó el balcánico, que al igual que en los dos años anteriores aterrizó en Wimbledon sin un solo de partido de rodaje sobre césped. “No lo hice porque no sentí que fuera necesario”, indicó.
Ahora, el foco se traslada a Federer y Murray. Sin el rey en liza —desconectará en Serbia y no jugará la próxima eliminatoria de la Copa Davis—, un torneo nuevo empieza y aumenta la sentimendalidad: la leyenda del suizo, otra alegría patria para los británicos. O, quizá, otro pelotazo. Quién sabe. Esto es Wimbledon.
RESULTADOS DEL SÁBADO 2
RESULTADOS.
Cuadro masculino: Bernard Tomic, 6-2, 6-4 y 6-4 a Roberto Bautista; Andy Murray, 6-3, 7-5 y 6-2 a John Millmam; Kei Nishikori, 7-5, 6-3 y 7-5 a Andrey Kuznetsov; Milos Raonic, 7-6, 6-4 y 7-6 a Jack Sock; Steve Johnson, 6-7, 7-6, 6-4 y 6-2 a Grigor Dmitrov; Alexander Zverev, 6-4, 3-6, 6-0, 4-6 y 6-2 a Mikhail Youzhny.
Cuadro femenino: Agnieszka Radwanska, 6-3 y 6-1 a Katerina Siniakova; Lucie Safarova, 4-6, 6-1 y 12-10 a Jana Cepelova; Simona Halep, 6-4 y 6-3 a Kiki Bertens; Ekaterina Makarova, 7-5 y 7-6 a Petra Kvitova; Dominika Cibulkova, 6-4 y 6-3 a Eugenie Bouchard; Angelique Kerber, 7-6 y 6-1 a Carina Witthoeft.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.