La encrucijada de Pogba
El medio de la Juventus, criticado en Francia por su errático rendimiento y actitud en el campo, se examina ante la rugosa Irlanda
De todos los jugadores de la selección anfitriona, Paul Pogba es el que más expectación y dudas a la vez despierta. Nada raro en un país versátil como pocos, que eleva a los altares a un futbolista en una noche de fiesta y lo lincha en la plaza pública al día siguiente. Así lo experimentó a su pesar el jugador de 23 años la semana pasada. Recibió una oleada de críticas por un supuesto corte de mangas que dedicó a la prensa gala tras el gol salvador de Payet en el duelo ante Albania y alcanzó nuevos hitos de popularidad y de admiración por su brillante actuación ante Suiza cuatro días después. Su representante, Mino Raiola, dijo, por cierto, que el corte de mangas no era un corte de mangas, sino un baile que siempre hace con sus compañeros.
Esta tarde ante la rugosa Irlanda (15.00 horas), Pogba tiene la oportunidad de cerrar la boca a sus detractores y demostrar su calidad en el torneo de su vida. “Empezamos a tener dudas sobre él. Es normal que por la edad que tiene no haya llegado todavía al nivel que se le espera. No conozco a ningún jugador francés que haya liderado la selección a los 23 años”, puntualiza en una entrevista a un medio galo Arsène Wenger, el técnico del Arsenal.
“La prensa es muy dura con él. Firmó buenos partidos desde el inicio del torneo. Y jugar con la Juventus no es lo mismo que jugar con la camiseta de Francia. Aquí la presión es más fuerte. Francia juega en casa. Las críticas me parecen desproporcionadas e injustas”, lo defendió esta semana en el Corriere della Serra su habitual compañero de equipo en el cuadro italiano, el suizo Stefan Lichsteiner.
Pogba está en el centro de todas las miradas desde el inicio de la Eurocopa porque se convirtió repentinamente en la gran figura del cuadro de Didier Deschamps por la ausencia forzada del madridista Karim Benzema, salpicado por el caso de chantaje sexual a su excompañero de selección Mathieu Valbuena, y la plaga de bajas de jugadores experimentados (Varane, Sakho, Debuchy y Diarra).
A los 23 años, Pogba despierta el interés de todos. Por sus cualidades y crecimiento y porque está llamado a convertirse en una estrella mundial. No sin despertar algunas dudas. En la Juve, por ejemplo, ha pecado de falta de continuidad. Tiene un potencial enorme, cualidades físicas extraordinarias, buena zancada, técnica, disparo, pero no siempre las emplea de forma continuada. A veces tiene apagones.
“Tiene un talento impresionante”, dice el suizo Ottmar Hitzfeld, doble campeón de la Liga de Campeones como entrenador. No es casualidad si el Madrid de Zinédine Zidane y el Manchester United de José Mourinho pugnan por ficharle este verano aunque su precio supere los 120 millones de euros.
“Esta Eurocopa es una prueba mental para Pogba. Es algo totalmente normal en la carrera de un jugador de alto nivel. Se enfrenta a dos opciones: que pierda la dimensión que tenía antes del inicio del torneo o que demuestre su calidad y sorprenda a la afición por su progresión y su impacto en el juego francés”, analiza Wenger. “Va a demostrar su gran potencial en los partidos que se disputan en confrontación directa, estoy convencido de ello”, asegura Hitzfeld.
Pogba, de momento, prefiere no responder a los que le critican y centrarse en su trabajo. Contra Irlanda, podría debutar en el eje izquierdo del medio del campo. Es la posición que más aprecia porque le da libertad para incorporarse al ataque y liberarse de las tareas defensivas (a cargo del inoxidable N’Golo Kanté). Es la posición en la que firmó su mejor partido (contra Suiza).
Pero los datos reflejan su errático rendimiento desde el inicio de la competición. Es el jugador francés que más balones roba (24, por los 16 de Kanté) y el segundo que más pierde (51, por los 60 de Payet). “Es un jugador excepcional pero tiene que ser más constante”, zanjó en el diario L’Équipe Gianni De Biasi, el seleccionador de Albania.
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