Osasuna hace cumbre en Girona y regresa a Primera
El equipo navarro, con un gol de Kodro, gana de nuevo en Montilivi y asciende dos años después
Un gol de Kodro y una puesta en escena de una excelente estrategia táctica coronó a Osasuna en Montilivi. El equipo navarro regresa dos años después a Primera División, tras una temporada convulsa, repleta de problemas. Se enganchó a los playoffs de ascenso a última hora, pero su actuación en las dos eliminatorias ante el Nàstic y el Girona fue impecable: cuatro partidos y cuatro victorias.
La final fue tensa y menos dramática de lo que se podía esperar. El gol de Kodro al inicio de la segunda parte desequilibró decisivamente, y el Girona nunca pareció tener opciones reales de vuelta al marcador. El oficio de Osasuna, que controló los tiempos del partido a la perfección, supuso una losa insuperable para un Girona tan voluntarioso como desacertado.
El equipo de Enrique Martín pone el colofón a una temporada irregular pero brillante por el desenlace. Los navarros han construido un equipo híbrido, con la frescura de jóvenes futbolistas formados en la cantera, como Merino, y la veteranía de futbolistas experimentados, casos de Nino o Nauzet, el portero, siempre bien colocado y valiente en las salidas, desactivó los intentos del Girona, bien construidas al inicio y desesperadas el final.
El Girona vivió de nuevo la cara más amarga del fútbol. Aspiraba a su primer ascenso a Primera por tercer año en los cuatro últimos años. Ni el ánimo de un expectante Montilivi, ni la intensidad del equipo de Machín fueron suficientes para conseguir la ansiada remontada. Osasuna se reivindicó como un equipo sólido, corrosivo, fuerte mentalmente y hábil en el despliegue. Después de dos años vuelve a la máxima categoría. Girona tendrá que esperar una temporada más.
La voluntad ofensiva del Girona no exponía la defensa, en entredicho durante la fase final por los cinco goles recibidos en los tres partidos anteriores. Lejeune y Richy anticipaban y llegaban a lugar antes que nadie. Pero un cabezazo de Merino a la salida de un córner refutó el peligro perenne de Osasuna, cada vez más cómodo sobre el césped.
El equilibrio lo rompieron entre De las Cuevas y Kodro a la vuelta del descanso. El delantero aprovechó un preciso pase del alicantino y convirtió el partido en una misión casi imposible para el equipo catalán. El Girona se perdió entre tensiones y prisas, en un juego pasional y voluntarioso pero poco nítido. Nadie como Borja García, sin brújula y sobreexcitado, representó el estado de su equipo, excesivamente vertical y separado.
La desventaja resultó decisiva para los hombres de Pablo Machín. El equipo atacó a trompicones, pero sin orden, incapaz de perforar la solidez de un Osasuna cada vez más cómodo. Un cabezazo de Mata al palo fue la ocasión más clara de los gerundenses. Sin más argumentos que la buena voluntad, el Girona estuvo a punto de pagar las contras de Osasuna, que tan sólo jugaba contra el reloj y con un hombre más por la expulsión de Lejeune. Osasuna vuelve a Primera y Girona alarga la colección de decepciones.
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