LeBron y Curry, dos estrellas y una encrucijada dramática
Golden State aspira a cerrar un año histórico y Cleveland, a una remontada inédita y a su primer anillo
Cleveland Cavaliers y Golden State Warriors, LeBron James y Stephen Curry. Cuatro, cinco o seis partidos no bastaban para dirimir el vencedor, para subrayar el inusitado drama de un duelo llevado a su máxima expresión, al séptimo y decisivo que se disputa la madrugada del domingo al lunes (2.00, Canal + Deportes).
Le aguarda la gloria a Cleveland, que ganaría el primer anillo desde que se fundó en 1970 y que daría el primer título a la ciudad de Ohio desde que los Browns ganaron el de la FNL en 1964. Eso o la miseria, la tercera final perdida, segunda consecutiva. La disyuntiva para los Warriors marca igualmente un abismo en función del resultado del séptimo partido: la consumación de una temporada en la que, con 73 victorias, ha batido el récord de los Bulls de Michael Jordan en 1976 y la reválida del anillo que consiguieron el año pasado también ante los Cavaliers.
La tensión que se vivió en el sexto encuentro, con un tapón de LeBron a Curry, un cruce de palabras, lo que muy gráficamente se define en Estados Unidos como trash talking. Babe Face sacó a relucir su cara más oscura. Fue excluido por seis faltas por primera vez desde 2013 y, acto seguido, expulsado, por primera vez en su carrera.
La NBA ha multado a Curry con 25.000 dólares. “Fue frustrante no ser eliminado y no poder ayudar a mi equipo en el último cuarto de un partido decisivo”, dice el base de los Warriors. Los nervios de la estrella de los Warriors podrían ser la consecuencia de un camino tortuoso. “Nada ha sido perfecto en los playoffs, Jugamos contra las adversidades”, apunta Curry. “Estuvimos contra las cuerdas en la anterior serie y tuvimos que remontar un 3-1 (contra Oklahoma) porque sufrimos lesiones y las cosas no fueron como en la temporada regular”.
Draymond Green, un jugador esencial en el esquema de los Warriors, se perdió el quinto partido tras ser sancionado por la NBA con una falta flagrante que sumaba la quinta tras revisar las imágenes de su rifirrafe con LeBron en el cuarto. Y el pívot australiano Andrew Bogut sufrió una lesión en el tobillo izquierdo en el quinto partido que lo apartó definitivamente de las finales.
Steve Kerr también fue sanción con 25.000 dólares por criticar la actuación arbitral en el sexto partido. El entrenador de los Warriors afirmó que las faltas que le señalaron a Curry fueron “absurdas”. “Tres de las seis faltas fueron absolutamente injustas para cualquier, todavía más para el MVP de la Liga”, subrayó Kerr.
La multa de la NBA a Curry se debe a que, en su tremendo enojo, arrojó su protector bucal y fue a dar a un aficionado, para más señas a un hijo de uno de los propietarios de los Cavaliers. Sus disculpas fueron aceptadas de inmediato. “Por supuesto que no quise lanzarle el protector bucal y por eso me disculpé porque no era contra quien deseaba estrellar mi frustración”, reconoce Curry.
Ayesha, esposa de Curry, añadió más leña al fuego cuando tuiteó que la expulsión de su marido formaba parte de un amaño para forzar el séptimo partido para conseguir más dinero y audiencia. Poco después, Ayesha borró el tuit y se disculpó diciendo que la había enviado en el fragor de la batalla.
Los momentos dramáticos que se produjeron en el sexto partido y el duelo entre dos estrellas del calibre de LeBron y Curry elevaron las audiencias de televisión hasta los 20,7 millones, un 6,5% de la población.
La actuación de LeBron James también es histórica. Ningún jugador conseguía encadenar dos partidos de las finales anotado más de 40 puntos desde que lo consiguió Shaquille O’Neal en 2000. “Le doy mucho mérito a mis compañeros”, dijo el 23 de los Cavaliers. “Sin movimiento de la bola, sin las pantallas y bloqueos, sin la estrategia de nuestros técnicos, sería imposible hacer lo que estoy haciendo”. LeBron promedia 30,2 puntos, 11,3 rebotes, 8,5 asistencias, 2,7 robos de balón y 2,2 tapones en los seis partidos de la final. Klay Thompson considera que los Warriors son casi imbatibles cuando juegan a su mejor nivel: “Tenemos que jugar con rabia, pero no con tanta emotividad que nos desvíe de nuestro objetivo. Si sabemos canalizar esa emotividad de forma adecuada, somos realmente un equipo bueno”, concluye el cañonero de los Warriors.
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