Alemania saca el iPad

Todo empezó con el Hoffenheim, que en 2011 quiso tener un programa que capturase los movimientos de los jugadores en el campo, determinando las áreas de calor por las que se movían y ofreciendo análisis y respuestas, además de prestar atención al trabajo preventivo de posibles lesiones. Contactaron con la empresa informática SAP para que creara el programa, algo que ya existía en otros clubes. Al mismo tiempo, Joachim Löw, el seleccionador de Alemania, le daba vueltas a un concepto que ya le preocupaba a su predecesor Jürgen Klinsmann. “El jugador alemán tarda un segundo más que el inglés en entregar el balón”, reflexionaba el exdelantero en público. Para Löw, inspirado en el fútbol de España y del Barça, la diferencia en la ejecución del pase era más grande.

Ya en el pasado Mundial, Boateng pidió un estudio de los movimientos de Cristiano Ronaldo para tratar de minimizar los daños [ganaron 4-0]. Y fue posible gracias a Challenger Insights, una herramienta que permite obtener en tiempo real información sobre las tendencias ofensivas y defensivas de los rivales, las zonas de presión, si se doblan marcajes, por dónde sale el balón desde atrás y cómo… Todo un lujo para el laboratorio de Löw, que en el descanso puede recibir los informes de los ojeadores y del cuerpo técnico sobre el juego para corregir sobre la marcha. “En 10 minutos, 10 jugadores que utilizan tres balones pueden generar más de siete millones de datos de información. Este programa los procesa en tiempo real”, esgrime Oliver Bierhoff, exariete de la selección y actual director deportivo. Y todo eso es lo que lo ven los jugadores en su tableta del vestuario. “Es una sólida ventaja competitiva”, remata Bierhoff.

El programa informático se nutre de unos sensores que llevan los jugadores en el pecho y las piernas. Pero como es ilegal en un partido oficial (no así en amistosos y entrenamientos), se puede analizar todo con las grabaciones de cámaras de vídeo distribuidas por el campo que proporcionan imágenes tridimensionales. Justo lo que necesita SAP, que está focalizada en desarrollar sistemas de análisis de big data para demostrar que puede mejorar los procesos empresariales o deportivos. Algo así como lo que hace Teléfonica con la Fundación El Bulli –han desarrollado un programa que mezcla sabores y determina si el sabor es bueno o no- o con el Barça, dado que ha desarrollado un programa que determina patrones de comportamiento y revela que su estructura de juego es única por la singularidad de sus pases.

Diferentes sensores en los jugadores o varias cámaras por el campo hacen posible recibir la información en tiempo real

La herramienta, además, establece objetivos de rendimiento personalizados para los jugadores que Löw puede enviar a sus móviles. Y, por supuesto, la carpeta Penalty Insights, que ofrece a los porteros lo necesario: dónde chuta el rival, cómo toma la carrera y con qué fuerza golpea… Toda esta tecnología también está siendo usada en la NBA y NFL, además de la Asociación de Tenis Femenino.

No es el único material que utiliza la selección, que también echa mano –al igual que el Dortmund y Leverkusen- de una aplicación creada por la empresa Impect, propiedad de los exfutbolistas Stefan Reinartz y Jens Hegeler. Este instrumento sirve, entre otras cosas, para medir la frecuencia de pase, la efectividad del mismo y los rivales que se descuentan con ellos. No deja de ser sorprendente que Kroos lidere la estadística con amplia ventaja, con 112 rivales eliminados a través del toque. Le siguen Xhaka (65), Iniesta (58) y Modric, (45). Otro motivo más de satisfacción para Löw, que desde que llegara a la selección cumplió su viejo deseo: Alemania ha reducido la media del tiempo de pases de 3,4 segundos a 1,1. Algo que espera que utilicen ante Polonia (21.00 horas). “Es un equipo focalizado en las transiciones, son de los mejores en las contras por su velocidad”, apuntó. Y si algo falla, podrán corregirlo en el vestuario con el iPad.