Irlanda perdona a Suecia
Una acción de calidad de Ibrahimovic y las paradas de Isaksson evitan la derrota del conjunto nórdico, de fútbol decepcionante
Fue solo una acción. Un cambio de ritmo brutal en el área para dar un pase de la muerte que Clark coló de forma equivocada en su portería. Apareció Ibrahimovic una vez y Suecia empató ante una estupenda Irlanda, que le dio un buen repaso pero que tuvo el error de desconectar en una acción poderosa de uno de los mejores delanteros del mundo. El gol en propia puerta del zaguero irlandés fue demasiado premio para Suecia, de juego decepcionante, salvada, también, por las intervenciones de otro de sus veteranos, el portero Isaksson. Irlanda, rápida y fresca, no supo administrar su ventaja, careciendo de la inteligencia necesaria para cerrar un partido que tenía ganado. La falta de ideas de Suecia fue apabullante.
Decepcionó el conjunto nórdico, un clásico de las fases finales, capitaneado por uno de los mejores delanteros del mundo, Ibrahimovic. Es lo que tiene depender excesivamente de un solo futbolista, por muy bueno que sea. Los suecos se pasaron todo el partido buscando a su estrella y casi nunca la encontraron. Cogían el balón y miraban a Ibrahimovic, perdido en un bosque de piernas irlandesas. Sin ninguna otra alternativa que proponer, Irlanda fue creciendo una barbaridad en su juego. Es una selección que no tiene el nivel de la gran Irlanda de finales de los ochenta y principios de los noventa, pero tiene frescura, un técnico que sabe lo que quiere, Martin O’Neill, y futbolistas con hambre. El dominio de Irlanda a Suecia en el primer tiempo fue considerable. Con una pizca más de calidad o, quizás, con el eterno Keane arriba, reservado al estar recién salido de una lesión, Irlanda podría haber hecho mucho daño. Suecia, sin fútbol, sin capacidad para jugar el balón, con el veterano Kallstrom asfixiado, vio cómo Irlanda le creó hasta cuatro clarísimas ocasiones de gol.
Entre el larguero, como en el tiro de Hendrick, o el portero Isaksson, en otro disparo del propio Hendrick, Suecia resistió como pudo. También se salvó porque O’Shea falló bajo palos y porque un disparo del lateral Brady salió fuera por poco. A Suecia solo podía espabilarla Ibrahimovic, al que contemplaban ya cuatro fases finales de Eurocopa. El bagaje de Suecia en el primer tiempo fue desolador. Ni una ocasión, ni un tiro a puerta, ni un atisbo de vida…
Se veía venir el gol de Irlanda, que llegó en un fantástico disparo de Hoolahan, imposible para Isaksson. El gol hundió a Suecia, que cogió el balón sin saber qué hacer con él. Un auténtico suplicio para sus futbolistas, que seguían buscando a Ibrahimovic mientras Isaksson los salvaba. Suecia solo había creado peligro en algún balón aéreo. Hasta que Ibra la pinchó en el área, realizó un cambio de ritmo y dio un pase mortal al área pequeña. Clark se equivocó y marcó en propia puerta. Se trató de un nuevo servicio de Ibrahimovic para mantener con vida a Suecia. Así lleva desde 2001. En Irlanda, el veterano Keane, apenas inquietó en los pocos minutos que disputó en el tramo final del choque. El partido se le había escapado cuando mejor lo tenían. Faltó experiencia y una pizca de maldad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.