El día de Payet

Cuando Deschamps decidió retirar a Payet del campo en el partido inaugural de la Eurocopa, el Estadio de Francia rompió en una atronadora ovación para el hombre que había ganado el partido para Francia. Un chico de éxito tardío, que tuvo que dejar a su familia a 5.000 kilómetros de distancia, dos veces, y que ha explotado esta temporada, a los 28 años, en el West Ham United.

Dimitri nació en la Isla de Reunión, en el océano índico, cerca de Madagascar, a 11 horas de vuelo de París. En 1999, con 12 años, era jugador del Saint-Pierroise, el equipo de su ciudad natal, Saint-Pierre, al sur de la isla. Entonces llegó el primer viaje a Francia, el Le Havre fichó a tres niños de la cantera del Saint-Pierroise que, en ese momento, nadie pensaría que llegarían a ser internacionales con la selección absoluta de Francia: Guillaume Hoarau y Sinama Pongolle, con 15 años, y un prometedor niño de 12, Dimitri Payet. Sus dos compañeros de viaje cayeron de pie en la Francia continental, Pongolle fichó por el Liverpool y luego jugó 4 temporadas en España (Recreativo de Huelva y Atlético de Madrid), mientras que Hoarau hizo carrera en el París Saint-Germain (114 partidos).

A Payet no le fue tan bien, tras cuatro años en la cantera del Le Havre, cuando tenía 16 años, el club creyó que no era lo suficientemente bueno para jugar con ellos en Segunda División y Payet decidió volver a casa. "Ni siquiera quería oír hablar de la posibilidad de volver a Francia. Estaba bastante traumatizado por la experiencia, aunque no culpo al Le Havre, yo era un chico difícil de tratar. Solo quería quedarme en mi isla y jugar al fútbol allí", explicó Payet en el diario británico The Guardian. Pero un año después, en 2005, el Nantes no pensaba lo mismo y fue a buscarlo a Reunión, ahí fue cuando hizo aparición la figura de su padre, Alain Payet, un apasionado del fútbol, la persona que creyó en su hijo. Le convenció para que volviera a intentarlo y le dio el apoyo que necesitaba para triunfar en Francia.

"No quería ni pensar en volver a Francia, solo quería quedarme en mi isla y jugar al fútbol allí"

Recién llegado a la cantera del Nantes, Payet participó junto a otros tres compañeros (Pacho Donzelot, Vincent Briant y Fréjus Tchetgna), en un programa de televisión llamado La Academia de Fútbol (L'Académie du Foot) en el que se mostraba cómo estos canteranos luchaban por el sueño de debutar con el primer equipo. Solo Payet lo consiguió, lo hizo el 19 de diciembre de 2005 en un partido de liga contra el Girondins de Burdeos y, tras el parón de invierno, se quedó en el primer equipo, la carrera profesional de Payet había comenzado.

Un grande de Francia

Tras dos temporadas en el Nantes, cuatro en el Saint-Étienne y dos en el Lille, llegó el momento de fichar por un grande de Francia, el Olympique de Marsella, que pagó 11 millones de euros por él. Era 2013, tenía 26 años y la madurez necesaria para mostrar el jugador que llevaba dentro, marcó dos goles en sus primeros 15 minutos como jugador del Olympique y jugó 45 partidos esa temporada, ya estaba consolidado. Al año siguiente llegó Bielsa y una temporada ilusionante que terminó con el equipo más lejos del título de lo que lo estuvo durante gran parte del año. Una de las causas de la repentina marcha de Bielsa del club al inicio de la siguiente temporada, enfadado por las decisiones de la directiva, fue la venta de Payet al West Ham por 15 millones de euros.

Llegó a un club histórico de Inglaterra que llevaba unos años vagando por la mitad baja de la Premier League, pero que esta temporada, liderado por Payet, el equipo ha conseguido clasificarse para la previa de Europa League. Con Slaven Bilic en el banquillo, el exportero del Betis Adrián San Miguel bajo palos y la aparición de Michail Antonio, los hammers han despedido Upton Park con una temporada a la altura de su historia. Payet ha marcado 12 goles y ha repartido 15 asistencias, ha sido incluido en el once ideal de la Premier y le ha dado a la afición del West Ham un nuevo ídolo.

Al inicio de la temporada, Payet no era un titular indiscutible para Deschamps en la selección francesa, unos meses después, el de Reunión es el jugador más importante, el que aporta el talento, el que decide los partidos de la anfitriona de la Eurocopa. Quiere ser, como Platini y Zidane, el 10 de una Francia campeona.