_
_
_
_

La gabarra rodante

Varios miles de personas acompañan a las jugadoras del Athletic en el recibimiento por su quinto título de Liga

Las jugadoras del Athletic Club, este martes en su llegada al Ayuntamiento de Bilbao.Foto: atlas | Vídeo: ATLAS

La gabarra del Athletic femenino no flotaba, rodaba. Parecía un autobús, de hecho era un autobús nada parecido a aquellas gabarras que en los en el siglo XIX empujaban con sirgas las mujeres desde las orillas de la Ría. El mundo ha cambiado: ya no entran gabarras en la Ría. La última, cuando el Athletic masculino celebró títulos en el año 1984. Ahora reposa en el Museo Marítimo, toda pintada de azul, esperando su momento. Sin embargo, en el autobús del Athletic femenino, el mismo que puso el masculino para celebrar la Supercopa, tenía una leve diferencia: en el lateral se leía: Liga 2015-16, txapeldunak (campeones). Un matiz. Como el que se veía cuando se giraba la vista en la rotonda que se enfrenta al Ayuntamiento, justo tras la escultura de Oteiza, y se divisaba en la Ría una trainera (embarcación) de mujeres rindiendo remos y esfuerzo a las jugadoras del Athletic. Todo un símbolo: gabarra o trainera. Entre ambas, la voluntad de homenajear el quinto título de las chicas del Athletic, venciendo al Barcelona, a falta de una jornada, como empezó la temporada cuando los chicos vencieron a los azulgrana en la Supercopa. 

Más información
“¡Mira, esa soy yo!”
El CN Sabadell, campeón de Europa por cuarta vez

Ellas llegaron con puntualidad casi británica. A las 18,27 (tres minutos antes de la hora prevista), el termómetro del Ayuntamiento marcaba 30 grados. Hasta las 19,07 no salieron las chicas al balcón del Ayuntamiento. Entre medio, el alcalde Juan Mari Aburto lanzó su discurso, y luego el presidente del Athletic, Josu Urrutia, le siguió los pasos criticando a los que criticaron la decisión de no sacar la gabarra “porque también hay que estar en las derrotas”. La gente, a 30 grados, en la calle pitaba no sus palabras sino la tardanza en aparecer en el balcón del Ayuntamiento de las protagonistas. Hay una tentación insobornable de los representantes institucionales a representar a los ciudadanos aunque estén presentes. Porque había miles en los aledaños del Ayuntamiento. ¿Más o menos que otras veces? No se sabe. Una barbaridad, miles, unos cinco mil, dicen, si se ponderan los datos. No hubo gabarra. Solo rodante. Ellas fueron a lo Bob Dylan, like a rolling stone. Y el acto casi se cerró con la palabras de una futbolista: “No somos cojas, somos cojonudas”. Y la temperatura seguía a 30 grados. Un sol de justicia. A García Lorca, la intimidad de esa pequeña plaza le hubiera emocionado.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_