Uruguay: dos Mundiales, cuatro estrellas
La FIFA reconoce los Juegos de 1924 y 1928 como Copas del Mundo
La historia del fútbol no se entiende sin la historia de la selección de Uruguay. La Celeste fue la anfitriona y campeona del primer Mundial, en 1930, y es la reina de la Copa América con 15 títulos, uno más que Argentina. Cuatro estrellas en el pecho, el símbolo que distingue a los campeones del mundo, brillan hoy en las camisetas de Luis Suárez, Godín y Cavani. ¿Cuatro? Si Uruguay ha ganado dos Mundiales, el inaugural de 1930 y el más famoso de todos, el del Maracanazo de 1950 en Brasil…
¿Por qué Uruguay luce cuatro estrellas si ha ganado dos Mundiales? La respuesta tiene su origen en 1924. Ese año, el Congreso de la FIFA acordó organizar los Torneos Olímpicos de Fútbol, con un requisito especial. “A condición de que los Torneos Olímpicos de Fútbol se celebren de acuerdo con la reglamentación de la FIFA, esta última reconocerá este torneo como un campeonato mundial de fútbol”, dice el máximo organismo en un documento de su archivo histórico. Es decir, que el campeón olímpico sería considerado también campeón del mundo para la FIFA. Así sucedió en los Juegos de ese mismo 1924, celebrados en París. Uruguay ganó en la final a Suiza por 3-0. Y repitió oro cuatro años más tarde, en los Juegos de Ámsterdam: 2-1 a Argentina.
El éxito de estos torneos fue tal que la FIFA quiso entonces celebrar sus propios Mundiales. El presidente Jules Rimet lideró la propuesta. Así, en el congreso del 26 de mayo de 1928, celebrado en Ámsterdam, decidió organizar una competición aparte entre las mejores selecciones del planeta. Había nacido la Copa del Mundo.
Uruguay era la potencia de la época. Había ganado los Juegos dos veces seguidas, y ganaría también durante esas décadas seis de las primeras 10 ediciones de la Copa América. De modo que recibió el encargo de celebrar el primer Mundial en 1930, coincidiendo además con el centenario de su Constitución. Ante el largo viaje, y la obligación de prescindir de sus mejores jugadores durante dos meses, solo cuatro selecciones europeas (Bélgica, Francia, Yugoslavia y Rumania) enviaron a sus futbolistas. Uruguay fue de nuevo el campeón (4-2 a Argentina en la final), pero como resentimiento por el desplante europeo renunció a defender el título en el siguiente Mundial, en Italia en 1934.
Lo volvería a conquistar en Maracaná en 1950. Su cuarta estrella, dos de ellas olímpicas. Es el mismo número de distinciones que Italia (1934, 1938, 1982 y 2006) y Alemania (1954, 1974, 1990 y 2014), pero solo Uruguay puede disfrutar de esa circunstancia especial porque la FIFA solo dio categoría de campeón del mundo a los vencedores de los Juegos de 1924 y 1928. El organismo internacional especifica en su reglamento sobre equipamiento de juego que los campeones mundiales pueden llevar una estrella de cinco picos en sus camisetas. Cuatro viste orgullosa Uruguay.
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