Alves ficha por la Juventus

Hace un mes y medio, la Juventus llamó a la representante de Daniel Alves, Dinorah Santana, para ver qué predisposición tendría el futbolista en jugar con ellos. La respuesta fue positiva y el club italiano se puso manos a la obra, sabedor de que el lateral no les costaría ni un euro gracias a una cláusula que incluyó en el contrato tras su renovación a última hora con el Barcelona en el curso anterior. Y esta semana, desde Los Ángeles, donde la selección brasileña estaba concentrada, enviaron por correo electrónico los papeles firmados que atan al jugador con la Juve por dos temporadas más una, que será en función de los partidos que dispute. “He tomado la decisión de buscar un nuevo reto en mi carrera, porque las etapas —también las que son bonitas y gloriosas— se han de saber abrir, disfrutar y acabar cuando es el momento preciso. Y mi momento es este”, escribió Alves en su cuenta de Instagram.

Desde el área deportiva del Barça, que ejerce hace menos de un año tras la destitución de Andoni Zubizarreta y su equipo, no se sorprendieron porque ya lo contemplaban. “Se lo tomaron con impotencia porque es una herencia contra la que no podían luchar. Al menos, no podían si no se le retocaba el sueldo y los años”, explican desde las oficinas de la ciudad deportiva. “Se va, pues se va”, argumentan desde la cúpula azulgrana, conscientes de que con su adiós se ahorrarán una ficha de 11 millones brutos anuales más tres en variables. Por lo que el lateral, titular desde 2008, el jugador que ha dado salida al balón desde atrás y ha repartido asistencias por decreto, se marcha libre a la Juventus. Así se lo notificó al club azulgrana —tenía hasta el 5 de junio para hacer efectiva la cláusula contractual—, como reconoció ayer el director deportivo Robert Fernández.

“Un jugador extraordinario”

“Ha decidido irse. Nos ha comunicado su intención y es una decisión muy personal que nosotros aceptamos. No hay más que decir”, resolvió Robert Fernández, que lamentó la posición dominadora del futbolista al final del curso anterior, cuando finalizaba contrato y pesaba sobre el Barça la sanción de la FIFA. “Cuando hay una negociación, no solo decides tú. Era lógica su renovación porque acabó la temporada muy bien, pero en esos momentos, el club podía fichar sin hacer jugar a las incorporaciones”, dijo. Y amplió: “Ha sido un jugador extraordinario con un comportamiento exquisito y fantástico”. También Alves se despidió con palabras de afecto: “Soy un privilegiado, un futbolista trabajador y honrado, a quien la vida le ha permitido vestir la camiseta del mejor club del mundo en una década prodigiosa”.

He tomado la decisión de buscar un nuevo reto. Las etapas se han de saber abrir, disfrutar y acabar. Y mi momento es este Daniel Alves

La salida de Alves, que ha logrado 23 títulos de azulgrana, supone un problema para la retaguardia derecha. Resulta que el club fichó en el ejercicio pasado a Aleix Vidal (19 millones más variables), pero Luis Enrique no le ha dado carrete sino que ha confiado más en Sergi Roberto, un medio reconvertido que ha funcionado hasta el punto de que en alguna ocasión le discutió la titularidad a Alves. “Quien compite conmigo, normalmente pierde”, recordó el brasileño en noviembre. No le faltaba razón porque nadie (Adriano, Montoya ni Douglas) pudo sacarle del once. Pero eso no le preocupa al director deportivo. “Se firmó a Aleix Vidal pensando en que Alves se pudiera ir. Además, tenemos la irrupción de Sergi Roberto”, resolvió. Hace una semana, sin embargo, no había el mismo sentir en el Barcelona.

Desde el club se siseaba que Alves no se movería. “Hará lo que quiera, pero creemos que se quedará porque aquí es feliz”, decían. No ha sido así y ahora sucede algo similar con Mascherano. “Tenemos claro que llegaremos a un acuerdo con él; es un jugador vital y no tengo duda que va a seguir aquí. Además, tiene contrato en vigor”, convino ayer Robert Fernández. Aunque el central, por el momento, también ha llegado a un acuerdo verbal con la Juve por tres temporadas y con el compromiso de que jugará de mediocentro. En el caso de Mascherano, sin embargo, hay tres diferencias con el de Alves: el Barça tiene fuerza porque le ha negado a la Juve entablar negociaciones; el club azulgrana hará un esfuerzo económico si es necesario; y, sobre todo, El Jefecito no tiene una cláusula liberadora.