Mosqueo en Salzburgo

“Elegir a 23 no es fácil, Del Bosque se merece un respeto”, dijo el lunes en el Red Bull Arena de Salzburgo Thiago, centrocampista del Bayern, que por vez primera disputará con España la fase final de un certamen de importancia. El mismo que ayer, al buscar la salida del estadio austriaco, con cara de póquer se preguntó: “¿Críticas? ¿Qué críticas?”.

El medio, nacido en Bari (Italia), pudo elegir defender la camiseta de Brasil —su padre, Mazinho, fue campeón del Mundo en 1994— pero escogió jugar para el país que le formó, de Vigo a Barcelona. Hace dos años, una lesión le dejó fuera, este miércoles jugó contra Corea del Sur el segundo tiempo. Thiago simboliza perfectamente el sentimiento de un grupo que anda mosqueado por la reacción que ha generado la lista final de Vicente del Bosque, cuestionado en su criterio a la hora de escoger los futbolistas que defenderán en Francia los títulos logrados en las dos últimas Eurocopas. No lo dicen públicamente con la rotundidad que en privado, pero lamentan el tono con el que la opinión pública y parte de la especializada ha tratado al seleccionador.

“Nadie duda que futbolistas que no están en la lista merecerían estar, pero decir que los que estamos no hemos hecho méritos… es ofensivo”, reconocía ayer por la mañana un veterano de la selección, que no se daba por aludido porque de él, nadie ha hablado, pero al que le había molestado especialmente escuchar en alguna emisora que se cuestionara la presencia de Bellerín: “Te digo yo que el que ha dicho que Héctor no debería estar aquí no le ha visto jugar un solo día con el Arsenal. Ni cuando jugó contra el Barcelona en la Champions”.

“Es tremendo, pero es lo que hay en este país", dice un veterano

“Es tremendo, pero es lo que hay en este país. ¿O no te acuerdas del 2008 y de Luis Aragonés?”, sentenciaba otro veterano, que vivió, como muchos, la llegada a Huelva, para disputar un amistoso contra Perú, y la bronca en Santander durante el último amistoso contra Estados Unidos. Entonces, la decisión de que Raúl no fuera convocado se convirtió casi en una cuestión de Estado de la que nadie se acordó el día que España ganó a Alemania la final de la Eurocopa.

“Le hemos dado muchas vueltas, por supuesto. No es fruto de un capricho”, insistía la noche del lunes el seleccionador, capaz como nadie de morderse la lengua, pero tan harto, que por la tarde, al dar la relación de 23 escogidos, tras justificar que habían buscado “dos jugadores por puesto”, para una selección “equilibrada”, no pensaba que tuviera que dar “muchas explicaciones” al respecto de por qué unos sí y otros no irán a la Eurocopa. Del Bosque sabe que lo de la lista es solo una excusa, que las críticas que ha recibido y recibirá trascienden a su gestión y está preparado para lo que se le viene encima, pero no mueve un pelo del bigote.

“Me molesta, por supuesto. Me molesta que se trate así al seleccionador, porque no se lo merece”, dijo ayer Casillas al hablar del tema. “Siempre es lo mismo. Criticas siempre hay, y como siempre, muchas veces son injustas. Es lo de siempre, es injusto, pero estamos más que acostumbrados. Él y nosotros”, admitió Pedro, con su eterna sonrisa. “Se tenían que quedar dos y ha tomado una decisión difícil. Seguro que los que se han quedado fuera merecían como los que estamos aquí ir a la Eurocopa, pero Del Bosque se merece un respeto y nosotros, también”, aseguró Nolito.

Desde la veteranía, Bruno, con un golpe en el labio, se limitó a decir: “A mí me da igual. Estoy aquí para ayudar. Que digan lo que quieran”, asegura Bruno. “Eso es problema del míster”, dijo De Gea. No le falta razón. Y el míster tiene la espalda muy ancha. “Nos da absolutamente igual lo que digan. En eso, también estamos más que curtidos”, zanjó Toni Grande mientras una cantinela ponía música en el adiós a Salzburgo: “Con un poco de suerte, al carro se subirán todos los que dicen que los buenos son los que no van a Francia”. Pero van los que van, porque son muy buenos.