La coherencia de Del Bosque
No hay oficio más universal que el de seleccionador de fútbol, por más que todos estemos en el paro salvo uno. En el caso español, Vicente del Bosque, sobre el que pesa la responsabilidad de elegir, y sobre el que recae la lluvia ácida tras cada lista. Incluso esta vez, cuando se debate sobre la presencia de Bellerín y Lucas Vázquez y las ausencias de Isco y Saúl. Sorprende el eco de la controversia puesto que ninguno de los descartes, pese a ser muy buenos futbolistas, estaba destinado a formar parte del espinazo central de un equipo en el que habitan por su zona Busquets, Bruno, Iniesta, Silva, Cesc, Koke, Thiago, que no son precisamente unos descamisados.
Bartra, el único suplente de suplentes de la lista, es un caso aparte. En la España de hoy, la defensa no tiene caladero
La selección de la Eurocopa, como todas, es tan válida como recusable. Con tanto opositor a ser Del Bosque todo cabe. Lo que resulta palmario es que ningún colega lo ha tenido tan complicado como el entrenador salmantino, víctima de una paradoja: su celebrado éxito de los clubes españoles. Con tres finalistas europeos, más los agónicos finales de Liga y Copa, mayo se ha convertido en un insólito rompecabezas con ocho equipos con internacionales (Madrid, Atlético, Barça, Sevilla, Oporto, United, Bayern y Juventus) metidos hasta el cuello en la competición hasta ultimísima hora. Del Bosque, fanático de los crucigramas, lo ha resuelto como acostumbra, con sensatez y un solo miramiento, su conciencia.
En el ganar y en el perder, el entrenador charro jamás se dejó llevar por el enchufismo, el “comecoco” de los “amiguetes”, la demagogia o la corriente popular de turno. En ese aspecto, no hay tachas. De hecho, en sus ocho años en el cargo siempre aplicó un tipo de justicia uniforme. Para no discriminar a nadie, pretoriano o de escala inferior, nunca llamó a ningún jugador para explicarle su baja. En este tiempo, solo Marcos Senna, relegado tras el éxito en la Eurocopa 2008, recibió una llamada y fue de Fernando Hierro, entonces director de la selección, que decidió tomar la iniciativa. En Del Bosque solo influyen Del Bosque y el grupo de asesores elegidos por él mismo, porque es un tipo cabal que no se cree con la verdad absoluta.
Ante un calendario tan perturbador, Del Bosque tuvo que dar una lista con teloneros y primeros espadas el pasado 17 de mayo y alistar a los jugadores en tres fases sucesivas, unos el 23, otros el 28 y los que están por llegar el próximo sábado. Por el cruce de caminos se lesionó Carvajal, un fijo, y optó por el joven Bellerín. El chico del Arsenal no es un cualquiera, figura en el mejor once del curso de la Premier según las estadísticas de FIFA EASports. Pudo haber recurrido a Mario, del Villarreal, que ha jugado tres partidos internacionales, pero en su primera semana de contacto directo con Del Bosque, Bellerín se ha ganado el crédito del seleccionador, la única tutoría que se debía ganar.
Para el evento en Francia, el técnico ha decidido abrir el angular. La Roja mantendrá de origen su perfil de equipo al que le gusta cantar una nana a la pelota, pero con variantes para el juego exterior y la delantera. Para evitar el embudo que los rivales suelen plantear en el medio campo, España cuenta ahora con extremos como Nolito y Lucas Vázquez sumados a Pedro, que pueden ser agitadores o primordiales para una selección que también propone ahora algo más que un “nueve” de señuelo. Con un ariete postizo y un ataque estático, poco foco tendrían jugadores veloces que desborden por banda a toda mecha si a su llegada para el centro el área es un páramo. Con rematadores como Morata y Aduriz pueden ser capitales.
Esta nueva alternativa explicaría los descartes de Isco y Saúl, que si mantiene su progresión estará al caer tras la Eurocopa. Por el macizo central ya figuran los mencionados Busquets, Iniesta, Silva, Cesc, Bruno y Koke, gente con más rodaje nacional e internacional que Saúl y, como el rojiblanco, todos ellos titulares en sus clubes, lo que no es Isco. Tampoco lo es Lucas Vázquez, pero, al margen de lo ya explicado sobre el juego abierto, su influencia final en el Madrid ha sido mucho mayor que la del malagueño. Bartra, el único suplente de suplentes de la lista, es un caso aparte. En la España de hoy, la defensa no tiene caladero. Quien sí tiene defensa es Del Bosque, porque ha hecho lo que se le pide: ser coherente con Del Bosque. Se gane o se pierda, nada tendrá que ver esta lista, sino otras muchísimas circunstancias. Eso es asunto del dichoso fútbol, tan poco objetivable el muy retorcido.
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