Márquez: “Se echaba de menos una carrera así”

“La última vuelta ha empezado con un susto y movidita”, relataba Marc Márquez. Nada mejor que escuchar su percepción de un último giro magnífico, el primer duelo del año en pelea por la victoria: “A final de recta siempre iba a rebufo de Jorge, pero no lo podía pasar porque no terminaba de tener la suficiente velocidad punta para, al menos, llegar en paralelo. De repente, he visto que su moto se frenaba en seco. Luego, me ha explicado que le ha saltado una marcha. Y nos hemos tocado a 340 km/h. Allí es donde tenía pensado el primer ataque, pero aquello me ha descolocado bastante. Así que he esperado a la curva cuatro. Honestamente, luego Jorge me ha adelantado en un sitio en el que no me esperaba: en la última chicane. Pensaba que esperaría a la última curva. Pero no: me ha pasado, se ha ido un poco, pero ha cerrado bien, y yo me he metido por encima del piano a ver si se aguantaba la moto y lo he podido volver a pasar. En la última curva me he dicho: ¿qué hago? He cerrado bien, he preparado bien la salida, pero hay un cambio de rasante en el que perdía mucho todo el fin de semana y se me levantaba la moto. Cuando he vuelto a caer en el suelo, he visto que a falta de diez metros me pasaba el de azul por la izquierda…”, remataba, cada detalle fresco en la retina, la resignación del segundo pegada en la frente.

Nunca había perdido una carrera así. Y menos con una Honda. “A pesar de la buena carrera, jode un poquillo. Sabía que lo iba a intentar a rebufo y que me pasaría seguro”, concedía Márquez sobre el triunfo, el quinto en los últimos seis años, de Jorge Lorenzo en Mugello.

Cuando he vuelto a caer en el suelo, he visto que a falta de diez metros me pasaba el de azul por la izquierda… Marc Márquez, piloto del Repsol Honda

“Sin un motor superior al de la Honda no hubiese conseguido la victoria. He conseguido en pocos metros recuperar mucha distancia y al final, por el rebufo, ganar por pocas milésimas. He tenido también la suerte de que no se me levantara la moto de delante en esa última curva, porque de mitad de carrera al final tenía que cortar gas a veces. Pero he inclinado un poco más la moto y eso ha ayudado para ganar esta inesperada carrera”, decía el de Yamaha, que se puso en cabeza ya en la primera curva y resistió los envites de Rossi y de Márquez, después, hasta aquel último giro.

“Una victoria así era impensable hace un par de años o tres, Honda siempre nos sacaba entre cuatro y cinco kilómetros por hora en las rectas, pero seguramente su cambio de motor este año les hace perder velocidad, por suerte para nosotros. Pero, Marc está pilotando mejor que nunca, está marcando la diferencia”, le reconocía el mallorquín.

Necesita Márquez arriesgar para contrarrestar las deficiencias de su moto. Algunos domingos, como este, la jugada le sale bien; otros, como le pasó en Le Mans, lo paga con una caída. “Me hubiese gustado vivir el espectáculo de otra manera, porque son de estas carreras con cuerpo a cuerpo que me gustan, pero he sufrido. Veía que estaba muy cerca la caída muchas veces, sobre todo cuando adelantaba; no lo tenía del todo claro, por eso cometía algún error. Pero creo que se echaba de menos una carrera así, de última vuelta. Se ha visto que he puesto de mi parte para intentar ganar, pero cuanto te falta aceleración, por mucho que pongas de tu parte, no hay más que puedas hacer”, concluía.

La mala suerte esta vez se la quedó toda Valentino Rossi. Salía desde la pole, corría en casa, ante un circuito repleto (100.640 espectadores) y tintado de amarillo en su honor, pero su Yamaha le dejó tirado a mitad carrera: “Hubiera sido emocionante subir al podio. Hace muchos años que no lo hago, que no puedo luchar por la victoria, pero hoy creo que podría haber peleado por ganar hasta el último giro. Aún así ha sido muy emocionante sentir el apoyo de los seguidores”. Y añadía: “Han pasado seis carreras, que es un tercio del campeonato y Lorenzo tiene 37 puntos de ventaja, esa es la peor noticia”.