La Liga cautiva a Europa
El pulso final Barça-Madrid, resuelto a favor de los azulgrana, refleja la salud futbolística y la emoción con la que se vive el juego en España
A pesar de que Tuchel ha montado un Borussia Dortmund encantador, vitalista y moderno, no había dudas cuando comenzó la temporada de que el Bayern Múnich de Guardiola ganaría por tercera vez consecutiva la Bundesliga. Mucho menos interés ha tenido la Liga francesa, dominada de punta a punta por el Paris Saint Germain de Zlatan Ibrahimovic, aburrido, en cambio, por no poder conquistar la Champions.
No hay equipo en el mundo que quiera batirse con la Juve, porque la vecchia signora se regenera siempre bien, hace jugar mal al mejor rival y es capaz de remontar cualquier desventaja, incluso 11 puntos al Nápoles, para cantar victoria en el campeonato de Italia. El interés del fútbol europeo se centraba en Inglaterra por el desfallecimiento progresivo de los clásicos, del City, el United, el Arsenal y el Tottenham, hasta dar credibilidad a la irrupción del sorprendente Leicester.
El mayor suspense por el desenlace de un campeonato se situó en España. No solo se cuestionó al Barcelona, sino que al tiempo se potenció al Real Madrid
Apenas nadie reparó tampoco en el torneo holandés porque al Ajax le alcanzaba con ganar al De Graafschap en la última jornada para recuperar el título de la Eredivisie. Ocurrió, sin embargo, que los ajaccied solo empataron en campo de un contrario ya descendido y posibilitaron el triunfo final del PSV Eindhoven. El mayor suspense por el desenlace de un campeonato se situó en España. No solo se cuestionó al Barcelona, sino que al tiempo se potenció al Real Madrid.
Había una sospecha hasta cierto punto razonable sobre el Barça que alimentaba el debate mediático: si hace dos años perdió el título en el Camp Nou contra el Atlético, ¿por qué no podía caer también en la jornada de clausura en Granada? Y si únicamente sumó un punto sobre 12, ¿qué garantías tenía de ganar en Los Cármenes? No se reparó tanto en que desde que salió derrotado en el clásico resolvió los últimos cuatro partidos con un parcial de 21-0.
La clase media
No se receló tanto del Madrid. El equipo de Zidane fue consecuente con la trayectoria del club blanco en situaciones de máxima exigencia y encadenó 12 victorias consecutivas, suficientes para descabalgar al Atlético del segundo puesto y, en cambio, insuficientes para decapitar al Barcelona. La historia dirá incluso que el Madrid fue campeón de Liga desde el tanto de Cristiano Ronaldo en A Coruña hasta que Luis Suárez, el Pichichi y Bota de Oro (40 goles) marcó en Granada.
La pegada del uruguayo y la cabeza de Messi, más jugador de equipo que goleador, sostuvieron al Barcelona
La pegada del uruguayo y la cabeza de Messi, más jugador de equipo que goleador, sostuvieron al Barcelona, cabeza de la tabla desde la jornada 11ª, 39 partidos invicto si se cuentan las distintas competiciones, campeón por sexta vez en las últimas ocho ediciones de la Liga. La temporada acabará para los azulgrana con el mismo partido con el que empezó: Barça-Sevilla. En agosto se enfrentaron por la Supercopa de Europa y el domingo disputarán la final de la Copa del Rey.
No hay un equipo más regular últimamente que el Barça. Tiene ya el conjunto hecho desde que ganó el triplete en Berlín y cuenta con un entrenador muy competitivo y responsable, buen gestor y capaz de evolucionar el estilo Barça. La dificultad está en saber cómo se refuerza una plantilla cuyo mantenimiento cuesta mucho dinero para un club que todavía no ha renovado el contrato de patrocinio y continúa amenazado por los contenciosos judiciales abiertos con Messi y Neymar. El reto azulgrana será volver a competir por la Champions. El título de campeón de Europa se decidirá el día 28 en Milán entre el Madrid y el Atlético, mientras que la Liga Europa se la disputarán el miércoles el Sevilla y el Liverpool en Basilea.
El mítico equipo inglés ha sido el único que ha evitado que las dos finales continentales estuvieran copadas por equipos de la Liga. No llegó el Villarreal. Ningún club dignifica mejor la clase media española que el de Marcelino: funciona muy bien, el equipo juega estupendamente y presume con argumentos de la cantera grogueta.
A falta del Valencia, que aspira a superar definitivamente una grave crisis de identidad, Villarreal, Sevilla, Celta y Athletic compiten de manera excelente y expresan la buena salud futbolística de España. Y las perspectivas son optimistas: si la Bundesliga continuará presumiendo de ser el torneo mejor organizado y la Premier se distinguirá de nuevo por su mercadotecnia, la Liga renovará su calidad por la presencia de Messi y Cristiano, del Barcelona y el Madrid, naturalmente del Atlético, y del pelotón de equipos que lidera el Sevilla.
Ningún campeonato parece gozar de mejor salud futbolística ni ha proporcionado más emoción que el español, expresado en un clásico que se eterniza a pesar de no haber protagonizado nunca una final de la Champions.
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