Sporting, Rayo y Getafe se lo juegan todo en la última jornada

Getafe, Sporting, ambos con 36 puntos, y Rayo Vallecano, con 35, se disputarán en la última jornada un único visado para continuar en Primera División, con Levante ya descendido. Los primeros partirán con ventaja, pero deberán ganar en campo del Betis para certificar la permanencia porque si no lo consigue dependerán de los asturianos, que reciben al Villarreal. El Rayo, que juega en casa contra el Levante, necesita una doble carambola. El Betis será juez tras rescatar ayer el punto que le daba la salvación en Eibar, pero tampoco les hubiera hecho falta, el Espanyol también se ha quedado libre de cualquier contingencia pese a su derrota en el Camp Nou. Deportivo y Granada llegaron igualmente a la meta con sus triunfos en Villarreal y Sevilla.

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Todo ocurrió en una jornada a la vieja usanza, en un domingo que comenzó a las cinco de la tarde y fue desgranando en el fondo de la tabla un excitante carrusel de pasiones que abrió un gol de Oyarzábal en Anoeta. Entonces el Rayo Vallecano entendió que nada iba ser sencillo. “Necesitábamos el mejor día y tuvimos el peor”, resumió al final del partido Paco Jémez. Su equipo fue a remolque toda la tarde, encajó de inicio y pasó de largo poco después una clarísima ocasión de Carlos Vela, de esas que si no llega a ganar la Real Sociedad hubiera disparado todo tipo de diretes. No hubo espacio para ellos. Al poco de regresar del descanso anotó otro novel para los donostiarras, Bautista. “Ese gol nos mató”, confesó también en el resumen el delantero rayista Javi Guerra, que descontó con una rosca excepcional que a la postre fue inútil incluso pese a jugar un cuarto de hora contra diez por expulsión de Granero. “Nos pudo la situación y no controlamos el partido. Hay gente llorando en el vestuario, es una pena verlo, pero han hecho todo lo que han podido, la responsabilidad es mía”, confió Jémez. Cinco años después de su último regreso a Primera, el Rayo necesita mejorar en la última jornada los resultados que obtengan tanto Getafe como Sporting, si no perderá la categoría.

En Getafe al final de partido todavía sobre el césped, Abelardo se acercó a dar un abrazo a Scepovic, un ex sportinguista que marcó a diez minutos del final un tanto que dio un golpe de teatro a la tarde. El serbio criado en Mérida se interesó por las opciones que les quedaban en la última jornada y dibujó una mueca de desagrado cuando el técnico gijonés torció el gesto. Había ganado el Granada en Sevilla y las opciones de que ambos equipos pudieran salvarse ya eran imposibles. “Ahora dependemos del Getafe, pero seguimos vivos”, apuntó Abelardo, que se acuerda de que justamente en el Villamarín festejó hace un año el ascenso a Primera División después de que un gol de un tercero, el del Lugo en Girona, les diese el ascenso sobre la bocina. Getafe escenificó un drama tal que en los últimos minutos de partido, con uno menos por expulsión de Nacho Cases, el Sporting sabía que un gol en contra lo mandaba a Segunda sin opción de enmienda y otro a favor le dejaba prácticamente salvado. Pero sólo valieron los tantos de Sergi Álvarez, al poco de comenzar la segunda parte, y el postrero de Scepovic.

Tres derrotas en 12 partidos

Lo sucedido en San Sebastián y Getafe ayudó al Granada, que temía llegar con opciones de descenso a su cierre de temporada frente al Barcelona y consiguió resolver con una contundente victoria en casa de un Sevilla que no alineó en su equipo titular a ninguno de los futbolistas que iniciaron el partido europeo del jueves pasado frente al Shakthar. Zanjó el Granada su victoria en el cuarto de hora final, cuando le empató el canterano sevillista Diego González y respondieron Babin, El Arabi y Cuenca con tres goles. Otro gran final de campaña de los granadinos les lleva a la permanencia: de los últimos doce partidos, los que lleva José González al frente del equipo, cayeron en tan solo tres. “En este último partido el azar jugó a nuestro favor, cuando más difícil lo teníamos definimos todas las que tuvimos”, explicó el entrenador. Y garantizó que ahora el Granada ejercerá de intenso juez en el final de la Liga contra el Barcelona: “Yo tengo hambre”.

Canino llegó a la meta el Deportivo, que ganó en Villarreal su segundo partido de la segunda vuelta. Le bastó para salvarse y hasta subir al puesto decimotercero con sus armas de toda la campaña, repliegue intensivo y balón al espacio hacia Lucas Pérez nada más recuperarlo. Así sentenció un partido con un segundo gol que fue la apoteosis del pelotazo y la constatación de que el coruñés es un delantero descomunal. Antes había marcado Fayçal Fajr. Por primera vez en sus últimas cuatro campañas en Primera, el Dépor, llegará a la jornada final, en la que recibirá al Real Madrid, con los deberes hechos. Festejaron los coruñeses como lo hizo el Espanyol, pero ambos pueden aplicarse la sentencia que dejó Constantin Galca, el entrenador perico: “Estamos salvados, pero hay que mejorar la imagen”.