Empate de alto voltaje entre Getafe y Sporting

En ningún sitio se jugaba el descenso como en este Getafe-Sporting. Una final por evitar una tragedia, pero que no decidió nada y ambos sufrirán dentro de una semana. Mejor lo tienen los madrileños, que dependen de sí mismos y una victoria ante el Betis les deja en Primera. Los asturianos deberán esperar a que su rival de hoy pinche. Cuentas y más cuentas que condicionarán este final de Liga como lo hicieron este domingo en el Coliseum.

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La ansiedad calaba más que la lluvia que caía al comienzo y ambos equipos decidieron canalizarla atacando, casi siempre tirando más de impulsos que de lógica y orden. Se sucedieron las llegadas de unos y otros. A los pocos segundos el Sporting había dado un susto y forzado un córner. El Getafe entró algo más frío, pero un disparo al palo de Sarabia animó a los azulones a lanzarse a la batalla a tumba abierta. Ese chut a la madera fue la más clara de los locales en la primera parte y vino precedida por una contra del Sporting que Lacen cortó con falta cuando Isma López se citaba ya con Guaita en el mano a mano. Podría haber sido hasta roja, pero el colegiado ni siquiera utilizó su silbato.

El fútbol que se veía era directo, sin apenas elaboración, pero muy entretenido. El Getafe usaba las bandas para martirizar al rival con Pedro León y Sarabia en cada flanco. Un tormento para el Sporting, que no era capaz de limitar los daños de los dos jugadores más en forma del cuadro madrileño. Un disparo muy escorado de Pedro León puso a prueba los guantes de Cuéllar para cerrar un periodo de alto voltaje.

Pero las revoluciones de verdad llegaron tras el descanso. Nada más salir Álvaro Vázquez se quedó a un centímetro de desviar el balón a gol tras otra buena acción de Sarabia. Y casi en la jugada siguiente Sergio Álvarez adelantó al Sporting con una buena volea tras un saque de banda mal defendido por el Getafe. Esnáider se desgañitaba desde la banda pidiendo calma y cabeza, pero el golpe fue tan duro que los azules estuvieron varios minutos desorientados y ahí se le pudieron ir las opciones.

Con el Getafe agarrotado, Nacho Cases se pasó de revoluciones en una entrada a Sarabia y vio la segunda amarilla. Un claro se abría para los locales, que hasta ese momento eran netamente inferiores. La inercia de la superioridad numérica hizo que el Getafe se volcase, aunque las ocasiones no llegaban, de hecho, era el Sporting el que amenazaba a Guaita con contragolpes que pudieron sentenciar.

Con todo el Sporting habitando el área de Cuéllar, el gol solo podía llegar como llegó: una falta lateral de Pedró León que cabeceó Scepovic a diez minutos del final. Ahí el partido enloqueció de nuevo.El punto no era malo para el Getafe, que dependerá de sí mismo ante el Betis, pero seguía a la ofensiva, casi siempre con Pedro León a la cabeza. No aflojó tampoco el Sporting, consciente que sin la victoria necesitará una carambola en la última jornada para salvarse.