_
_
_
_

Djokovic reduce a Murray y reconquista Madrid

El número uno bate al británico en la final (6-2, 3-6 y 6-3, después de dos horas y seis minutos), logra su segundo trofeo en la Caja Mágica y el récord de títulos (29) del Masters 1.000, por delante de Nadal (28)

Alejandro Ciriza
Djokovic posa junto a los recogepelotas del Mutua Madrid Open.
Djokovic posa junto a los recogepelotas del Mutua Madrid Open.JuanJo Martín (EFE)

Después de tres años de ausencia voluntaria, Novak Djokovic volvió a confraternizar con Madrid y la Caja Mágica, rendida al talento y el tenis del serbio, un superdotado de la raqueta que va camino de pulverizar todos los registros históricos de su deporte. En la que fue la 90ª final de su carrera –las mismas que disputó el estadounidense Andre Agassi–, el de Belgrado redujo al número dos del mundo (6-2, 3-6 y 6-3, tras dos horas y seis minutos), en lo que supone el mejor indicativo de cómo están ahora mismo las cosas en el circuito de la ATP: Nole, Nole y Nole; y por debajo, a sus espaldas, guerrea el resto.

Más información
El imán de Mallorca
Halep toma Madrid
Cumbre entre Nadal y la ITF en París
MUTUA MADRID OPEN

El número uno reconquistó una plaza que no tomaba desde 2011 y a la que no acudía desde 2013, cuando una velada de infausto recuerdo para él, abucheado por la grada, le hizo prescindir de Madrid en su calendario. Pero las cosas han cambiado. Djokovic ya no es chico volcánico y reactivo, sino un hombre mucho más reposado, animal insaciable, un deportista más centrado que ha dejado los artificios de lado y que solo tiene en mente dejar una profunda huella. Y desde luego que apunta a ello. Venció en la final al anterior campeón y descorchó el 64º título de su carrera, 29º en un Masters 1.000; cifra, esta última, que le permite de nuevo romper la equidad con Rafael Nadal (28) y recuperar la plusmarca.

Doha, Melbourne, Indian Wells, Miami. Ahora Madrid. Cinco títulos ya en este 2016. Entonces, ¿se asoma el tenis a otra temporada de sometimiento? Así pinta. Luego, el tiempo, hará y deshará, pondrá las cosas en su sitio, pero de momento Djokovic no pisa el freno. Aterrizará en Roland Garros (a partir del próximo día 22) con un reinado categórico, 200 semanas al frente del ranking. Salvo accidente puntual –un abandono en Dubái por una infección ocular y un mal día contra Jiri Vesely en Montecarlo–, resulta una quimera hacerle daño, porque a lo largo del último año y medio solo Stan Wawrinka, en París, consiguió herirle realmente el orgullo.

La insurgencia final de Andy

Esta vez, minimizó a un Murray que tuvo el mérito de no desengancharse de la final y aportarle un puntillo de picante, lo que ya es mucho, después de un arranque absolutamente demoledor de Nole que a cualquier otro probablemente le hubiera dejado ko. El británico, brillante a lo largo de todo el torneo, encajó una rotura de inicio y el primer parcial se tradujo en una tortura para él, maltratado a base de estacazos y bolas inalcanzables. Djokovic, en algunos instantes del set, se divirtió. Meció al escocés como un péndulo, de un costado a otro de la pista; le instó al peloteo, porque el tedio es precisamente lo que hoy día puede provocarle el patinazo. Porque Djokovic juega contra los demás, pero sobre todo, Djokovic juega contra Djokovic.

Bajó el ritmo en la segunda manga y Murray, sacador más prolífico esta edición (35 aces), tiró del servicio para equilibrar el partido, que al fin y al cabo era lo que deseaba el público madrileño. Estiró el pulso el británico, fabuloso tenista e insurgente, capaz de levantarse y seguir en la pelea después de que Djokovic le quebrase en dos ocasiones el saque. Tuvo incluso Murray una magnífica oportunidad, con 5-3 y siete opciones de break, pero el número uno también sabe sufrir, armó su mejor defensa y lo solucionó. Ahí terminó todo. Después, los fastos de rigor (recibió el trofeo de manos de la alcaldesa Manuela Carmena) y la reconciliación con una grada que, a diferencia de hace tres años, despidió al campeón con honores y entre aplausos, absolutamente rendida a sus pies. Bien lo merece el rey Nole.

NOLE IGUALA A SAMPRAS Y BORG

Cada triunfo de Djokovic se traduce en una digestión de datos a procesar. Con el de ayer en Madrid, el número uno suma ya 64 trofeos de la ATP e iguala así la marca de dos figuras del tenis: el estadounidense Pete Sampras y el sueco Björn Borg.

En lo alto de esta clasificación figura Jimmy Connors (109), seguido de Ivan Lendl (94) y Roger Federer (88). A continuación, en la cuarta posición, aparece el norteamericano John McEnroe (77). Mientras, Rafael Nadal es quinto, con 69 premios individuales.

"Estoy feliz de estar al lado de estas leyendas del deporte", indicó Djokovic; "estoy muy orgulloso de ello y esto hace que esté más motivado de aquñi en adelante. Conseguir este tipo de números me ayuda a perseguir con más determinación aún mis metas".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_