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La Real frena al Villarreal

Bien dispuesto, el equipo de Eusebio desnaturaliza al conjunto castellonense que le está costando cerrar el cuarto puesto

Prieto y Bautista, tras el partido.
Prieto y Bautista, tras el partido.Domenech Castelló (EFE)

Sin nada en juego salvo el honor y la profesionalidad, liberado de objetivos, La Real frenó al Villarreal competitivo como siempre, sin temple esta vez el conjunto de Marcelino al que le pesan las piernas y nublan las ideas en el tramo final de temporada y al que le está costando cerrar la cuarta plaza que otorga el derecho a acceder a la venidera Champions. Desnaturalizó el equipo de Eusebio al Villarreal que se tuvo que aplicar para cerrar la portería de Asenjo, sin encontrar a su vez la de Rulli, sin apenas ocasiones en ambos equipos, la mejor la que tuvo Bruno al lanzar una falta al larguero. La buena disposición de la Real rebajó las prestaciones del Villarreal que no se encontró en todo el partido, sin finura en el toque y sin espacios para alcanzar algún contragolpe con el grupo de Eusebio serio en defensa. También lo fue el equipo de Marcelino que aún en sus peores días, al menos se muestra hermético.

A cuatro días de la ida de la semifinal de Liga Europa ante el Liverpool, Marcelino no reservó nada, concienciado el técnico asturiano y sus jugadores que una victoria ante la Real le concedía la clasificación virtual para la previa de la próxima Champions y a falta de tres jornadas para la conclusión del campeonato. Tendrá que esperar.

Con futbolistas de buen pie y gusto, con Eusebio en la dirección, la Real es un equipo capaz de lo mejor si tiene un buen día y de lo peor si no aúna técnica y compromiso. Sin presión alguna, el conjunto guipuzcoano se propuso disfrutar del partido a partir del esférico desvirtuando en principio al Villarreal incómodo con la iniciativa de la Real, ausentes Agirretxe y Jonathas sin un delantero puro de referencia, ejerciendo Carlos Vela de falso nueve. La movilidad del mexicano, retrasando su posición y cayendo a las bandas, desconcertaba a los centrales amarillos.

Le costó al conjunto castellonense encontrar el hilo al encuentro. Su despertar fue obra de Bakambu, asistiendo a Soldado que se encontró con una gran parada Rulli, reñido una vez más el delantero valenciano con el gol. Seguidamente, de nuevo Bakambu fue objeto de una falta al borde del área lanzada por Bruno que fue a parar al larguero con Rulli batido. Avisada quedaba la Real del poder ofensivo amarillo, obligando al grupo de Eusebio a retroceder unos metros y proteger a su portero, siendo el potente Bakambu el principal dolor de cabeza de la defensa del conjunto vasco. No tuvo continuidad en el juego el Villarreal.

Sin apenas concesiones en ambos equipos, el equilibrio prevalecía en el choque a la espera de algún detalle o acción episódica que alterara el orden. Tuvo la posibilidad Zurutuza de adelantar a la Real tras una jugada individual que entre Bailly y Asenjo lograron abortar antes del receso.

Con el mismo ánimo y disposición regresaron ambos equipos tras el descanso, con ambición la Real que pudo ponerse en ventaja en el partido al quedarse solo Vela ante Asenjo, no venciéndose el portero palentino ante el intento de picar el esférico el mexicano. Para entonces, su compatriota en el Villarreal, Jonathan dos Santos ya se encontraba en el terreno de juego buscando Marcelino dotar a su equipo creatividad en el centro del campo, falto de fútbol ante los guipuzcoanos mucho más sueltos en el choque, apareciendo los nervios en los jugadores castellonenses y en la grada de El Madrigal. El empuje final fue inocuo para el Villarreal frenado por la Real.

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