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El Granada asoma la cabeza goleando a un Levante condenado

El conjunto nazarí derrota con solvencia y holgura al indolente quipo de Rubi cuya salvación parece utópica

Sucess celebra su gol.
Sucess celebra su gol.MIGUEL ANGEL MOLINA (EFE)

Con más recursos y ambición, el Granada derrotó con solvencia y holgura a un insustancial Levante, sin carácter, alma y fútbol, incapaz de encontrar respuesta al conjunto nazarí mucho más concienciado de lo que había en juego, nada más y nada menos que la permanencia en Primera que se antoja utópica para el Levante con escasos méritos en la temporada para permanecer en la élite, primeramente con Lucas Alcaraz en el banquillo del Ciutat de València, tampoco con Rubi. Con más mimbres, sin hallar el equilibrio en el curso, el Granada asoma la cabeza y deja momentáneamente al Sporting en posición de descenso que se aprieta con la victoria del Getafe ante la Real. El mayor susto que se llevó el equipo de José González fue la retirada en el segundo acto de Success conmocionado tras chocar con violencia con la cabeza con su compañero Peñaranda. Los nervios también afloraron en los jugadores de ambos equipos en el tramo final.

El Levante intentó probar la paciencia del Granada, contentándose con no desordenarse, en negar espacios al rival. A la que concedió unos metros, el Granada encontró premio, tras un balón largo de Lombán que aprovechó a la carrera Success. Como tantas veces, el nigeriano se plantó ante el portero rival y esta vez sí fue preciso en la definición batiendo por bajo a Mariño.

El Levante pagaba su prudencia, su falta de ambición y confianza sin ritmo y continuidad alguna en su despliegue, mucho más tenso el Granada que logró doblar la ventaja tras un penalti señalado a Verza por interceptar el esférico con el codo, señalada finalmente la pena máxima por el árbitro conminado por el asistente de banda, convertida por El-Arabi.

La intensidad del Granada quedó patente en la presión de Success sobre Lerma, confiado el colombiano en su despliegue por el lateral derecho. El extremo nigeriano robó el balón, se adentró en el área granota y se lo cedió a Rochina para que batiera a Mariño que reaccionó tarde al disparo del de Sagunto. El Granada que se fue al descanso con un soñado 3-0 y supo administrar y ampliar la ventaja hasta alcanzar una goleada para reafirmarse.

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