“Un recuerdo olímpico para Seve”
Manolo Piñero se presenta junto a Sergio García y José María Olazabal como capitán del equipo español de golf para Río
En 1997, durante la Ryder Cup de Valderrama, Juan Antonio Samaranch habló con Seve Ballesteros y con los dirigentes del golf mundial para hacerles ver que el golf debería ser olímpico y que en los Juegos tendrían que estar los mejores jugadores del mundo. Poco después llegó al golf Tiger Woods y se hizo real la posibilidad apuntada por el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), la de que el golf acabaría calando entre los jóvenes incluso de países en los que apenas se juega. Fue tan firme la decisión, oficializada en Berlín en 2009, que la entrada del torneo olímpico ha obligado a abandonar sus fechas tradicionales a dos grandes como el Open y el PGA, y a los golfistas del mundo a grabarse un objetivo más en su cabeza.
De esto se habló el lunes en el campo de la Reserva de Sotogrande, a apenas cinco kilómetros de Valderrama, casi 20 años después y a cuatro meses de que los mejores golfistas del mundo den los primeros golpes en el campo recién construido en Río de Janeiro. Lo hicieron los hombres, el capitán oficial español, Manolo Piñero, el que oficia de capitán honorario, José María Olazábal, y Sergio García, el único fijo por el momento de los dos que formarán el equipo español. Las mujeres, la capitana Marta Figueras-Gotti y las jugadoras Azahara Muñoz y Carlota Ciganda, lo harán en otra ocasión.
Mucosa en el mundo del golf, un deporte aparentemente tan alejado del espíritu olímpico, dicen que no tiene sentido ni deportivo ni comercial el regreso de su deporte a los Juegos que dejó en 1904. Por lo menos cuatro españoles que pintan algo en el golf mundial, no comparten ese desdén.
Miguel Ángel Jiménez quería con tantas ganas formar del equipo olímpico español que no pudo resistir la tensión de mirar todas las semanas el ránking mundial para ver su clasificación, él, que nunca ha jugado pensando en esas clasificaciones, y cuando vio que el emergente Rafa Cabrera Bello le adelantaba, tiró la toalla. Decidió olvidarse del circuito europeo y del norteamericano, del sinvivir competitivo, y dedicarse en cuerpo y alma al relajado y enriquecedor circuito senior.
“Antes me frustraba jugar y hacer bogeys, y ahora me frustra no poder hacer bogeys porque no puedo jugar”, dice José María Olazábal, enfermo de un reúma recurrente que lleva más de un año sin poder jugar. “El golf es un deporte que solo da frustración, y a veces alguna alegría, pero tan grande que dura toda la vida”. Una gran alegría más, aparte de sus victorias en el masters y grandes torneos y como capitán de la Europa triunfante en la Ryder 2012 en Illinois, se habría llevado el jugador de Hondarribia si hubiera podido capitanear a los hombres españoles que competirán a partir del 11 de agosto en Río, pero es tal su grado de compromiso con todo lo que hace y más con la idea olímpica, y la frustración que lo acompaña inevitable, que renunció. “No puedo aceptar un trabajo al que no le pueda dar el 100% de mi capacidad y entrega”, dijo.
“Soy el sustituto del sustituto del sustituto”, dijo Piñero, quien no pudo evitar recordar emocionado a Seve Ballesteros, que era de su generación y a quiere homenajear de alguna forma en Río. “Seve debería haber sido el capitán natural, y en su lugar el puesto debería haber sido para Olazábal. Y ya lo he hablado con él, que sabe que si decide ser capitán me echo a un lado y le llevo el botijo, o lo que haga falta, y también con Sergio: aunque cada jugador vestirá con la ropa de su marca, intentaremos que lleven los mismos colores para distinguirse y también una señal, algo que haga recordar a Seve durante la competición”. Su amigo Olazábal le pude orientar recordándole cómo hizo vestir a toda Europa el último domingo de Medinah con niqui blanco y jersey de cashmere azul marino, los colores de Seve en sus domingos de Open victoriosos.
Sergio García (15º del ranking mundial), al que probablemente acompañará en Río Cabrera-Bello (30º) si desde ahora hasta el 11 de julio, cuando se cierra la clasificación, estará en Río como español, y estará, vino a decir, como un niño con zapatos nuevos. “Siempre he sido un fan de los Juegos, los he seguido siempre por televisión y me emociona la posibilidad de convertirme durante dos semanas en un deportista, no solo un golfista”, dijo Sergio García, quien aseguró que sería como una esponja, que se sumergiría en la experiencia olímpica al máximo y que no pensaba parar. “Intentaré ver otras competiciones, pero lo que no me perderé por nada será vivir en la villa olímpica, donde podré compartir residencia con deportistas de todos los tipos, y participar en la ceremonia inaugural”.
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