_
_
_
_

Alemania exhibe seda y músculo para someter a Italia

Los germanos dejan atrás sus dudas y las recoge la “azzurra”, demasiado permeable en defensa

El alemán Mario Goetze remata a gol, este martes.
El alemán Mario Goetze remata a gol, este martes.Sven Hoppe ((EFE))

"El legado de Johan Cruyff es infinito", apuntó Pep Guardiola a las pocas horas del fallecimiento del genio holandés. Esa ilimitada herencia se palpó en un escenario que otorga además un rasgo poético, en la misma ciudad, en el feudo de una manera de entender el fútbol que hace casi 42 años privó a Cruyff de culminar su obra con el mayor de los títulos, algo grande, pero seguramente también algo prosaico visto lo visto pasado el tiempo. En Múnich se ha guardado este martes un respetuoso y aplaudido minuto de silencio con la imagen del otrora antagonista en el marcador.

Alemania 4 – Italia 1

Alemania: Ter Stegen; Mustafi, Hummels, Rüdiger; Rudy, Kroos, Hector; Müller, Özil, Draxler; y Götze. También jugaron Reus, Can, Ginter, Volland y Kramer.

Italia: Buffon; Darmian, Bonucci, Acerbi; Florenzi, Motta, Montolivo, Giaccherini; Bernardeschi, Zaza e Insigne. También jugaron Ranocchia, El Shaarawy, Okaka, Parolo, De Silvestri y Antonelli.

Árbitro: Oliver Drachta (Austria). Amonestó a Giaccherini, Hummels y Mustafi.

1-0, m. 22, Kroos; 2-0, m. 44, Götze; 3-0, m. 59, Hector; 4-0, m. 74, Özil, de penalti; 4-1, m. 82, El Shaarawy

Luego rodó el balón y durante bastantes minutos Alemania e Italia, dos de las tres últimas campeonas del mundo (la otra es España y su idea futbolística es bien conocido de que fuente bebe) bajaron la pelota al piso, la manejaron desde atrás mientras que quien no la tenía se aplicaba en la presión, trazaron triángulos y trataron de abrir el campo con gente cerca de la cal, defendieron con tres zagueros en el fondo, permutaron posiciones. Ofrecieron, en un partido amistoso, un grato espectáculo en el que se reconoció un sello sobre el que hubiera puesto su rúbrica el cruyffista más irredento. Ganó Alemania, que hay cosas que no cambian.

O al menos casi nunca varían porque los germanos llegaban al partido tras una dolorosa derrota frente a Inglaterra. Venció porque fue más profunda que Italia en un partido que también mostró la peor versión de un estilo, la de la ausencia de profundidad cuando el balón no circula con rapidez. Faltó el colmillo de la competición oficial.

Más información
Inglaterra levanta dos goles en contra y saca los colores a Alemania

Alemania sacó fruto de dos apariciones de Müller, que es un martillo allí donde juegue y en esta ocasión lo fue desde la banda derecha para facilitar los goles de Kroos y Götze. En el primero, el madridista ganó la frontal tras un tibio despeje de Bonucci y golpeó de interior con categoría; en el segundo apareció el falso nueve para rematar de cabeza entre las torres rivales. Italia apuntó más que dio, sin más bullicio que el que le otorgó Insigne, un agitador. Llegó al descanso dos abajo tras ese par de golpes y cuando quiso exponer tras el receso se encontró con un rival bien plegado y una dolorosa puntilla porque el gol de Hector llegó tras un traspié y lesión de Bonucci.

Pasada la hora y con una diferencia de tres goles a favor de Alemania, el carrusel de cambios reactivó el orgullo italiano. Bajaron líneas los chicos de Joachim Löw y en cuanto recuperaban la pelota trataron de esconderla para buscar un epílogo pausado. No dejaron de perdonar en cada error italiano. Uno de Bernardeschi propició un penalti en el que el árbitro perdonó la expulsión a Buffon y que Özil transformó para cerrar un contundente triunfo apenas maquillado al final por El Shaarawy, una goleada que llegó con guante de seda, pero que mostró el músculo de una gran favorita para alzar la próxima Eurocopa.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_