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El Deportivo se riñe con la victoria

Un gol postrero en propia meta de Arribas frustra al equipo gallego ante un efectivo Málaga

Lucas Pérez lucha el balón con Oliveira.
Lucas Pérez lucha el balón con Oliveira.Cabalar (EFE)

No gana el Deportivo, que ante el Málaga hubiese necesitado cuatro goles para llevarse la victoria. Se quedó en tres y volvió a la rutina del empate. Ya van 15. El final, con un afortunado gol que se metió Arribas en su meta, premió al equipo andaluz, que sacó fruto de su poderío aéreo para que los puntos se repartiesen y ambas escuadras sumen 33. Aún tendrán que remar para salvarse y el calendario no pinta bien para los gallegos, que en las 10 jornadas que quedan tendrán que vérselas, entre otros, contra los cuatro primeros de la clasificación.

El Deportivo volvió a meterse en un problema a la manera que lo hacen los equipos sin confianza, sin que apenas le rascaran. Se adelantó el Málaga al sacar fruto de su primer saque de esquina después de que los chicos de Víctor Sánchez del Amo botaran seis en 25 minutos y consiguieran suscitar los reproches de la grada. Ocurre que en la pizarra del técnico alguien pintó que a cada córner deben acudir dos hombres a la esquina. Es el córner en pareja una aportación no solo inocua sino que hasta ya parece grotesca porque el saque suele realizarse en largo. Y la gente, que no lo entiende, lo protestó de manera airada.

La opereta resume el estado de nervios del deportivismo, que discute situaciones que en apariencia no son capitales. Hasta que llega el Málaga y se le ocurre marcar en un córner de los de toda la vida: balón al primer palo para que prolongue un hombre alto y remate en el segundo el cazagoles. Hay pizarras en las que no hace falta escribir con tiza de colores. En la segunda parte, para más inri fue el Málaga y sacó dos córners más con un solitario lanzador a los mandos de las operaciones, el primero casi lo pasaporta a la red Albentosa, el segundo lo mandó Camacho a la red como quien lava. Tan simple y tan efectivo.

Había empatado antes del descanso el Deportivo en una de las pocas jugadas en las que combinó en corto con acierto, Juanfran y Cartabia buscaron el dos contra dos en la banda derecha y Atsu se durmió en la frontal de su área para que definiera Borges, un llegador, que ayer integraba un trivote fetén con Mosquera en el medio y él y Alex Bergantiños como escoltas. En esas anda el Deportivo, amarrete y desconfiado. Fallón allí donde tantas veces se sostuvo, por ejemplo en la aportación de Lucas Pérez, siempre decisiva. Donde antes veía espacios para llevar la pelota a la red ayer reeditó a Cardeñosa con Weligton en el rol de Amaral al dejar pasar un gol que parecía imposible de marrar. Pero el coruñés tiene el don de la insistencia. Su carrera futbolística está jalonada por el tesón, así que tampoco parece sencillo que se vaya a derrumbar por una mala racha. Marcó un gol y se fue ovacionado.

Así que entre sainetes y errores el Deportivo se enredó y se desenredó ante un equipo pleno de oficio, que se puso en ventaja por segunda vez y apuntó al triunfo mientras Víctor discernía cómo emplear su primera opción para realizar cambios. Dos goles en contra y una hora larga después desmontó el trivote y le dio al equipo un matiz más incisivo con Fayçal Fajr. Igual lo que le hace falta al Deportivo es algo de atrevimiento, el de un regateador como Cartabia, que desafió el reino del pase de seguridad y proclamó la república de la verticalidad para empatar de nuevo el partido.

Nada habia acabado. Lucas parecía haber firmado la sentencia a diez minutos del final, pero cada balón al área del Málaga era medio gol. Comenzó sin talla el Deportivo para neutralizar esas acciones porque ante la baja de Sidnei es Navarro el que se alinea como central, pero con Jonás y Oriol en el campo para bregar en ese tipo de balones igualó el Málaga porque Arribas remató hacia su propia portería y le dio un punto sobre la bocina para que el deportivismo siga a dieta de victorias. Y así está desde antes de Navidad, flaco y famélico, como el fútbol de su equipo.

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