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Todo comenzó hace 15 años

Fernando Alonso debutó con Minardi en la F-1 en Australia en 2001, camino de sus dos títulos mundiales (2005 y 2006)

Fernando Alonso en 2006 con su segundo trofeo de Campeón del Mundo de F1.
Fernando Alonso en 2006 con su segundo trofeo de Campeón del Mundo de F1.AP

La historia comenzó mal. A finales del 2000, en una reunión nocturna entre Luis García Abad, José Luis Alonso, Adrián Campos y el propio piloto, se estaba decidiendo el futuro de un campeón. Fernando Alonso había sido ya el mejor en todas las categorías por las que había pasado y cuando llegó el momento de entrar en la F-1 se generó un halo de incertidumbre. No porque no hubiera un camino, sino porque las expectativas abiertas no se acababan de concretar. Al final, el propio Fernando tomó la palabra y exclamó: “¿Qué es lo que tenemos en la mano? Pues vamos a cogerlo”.

Y fue así como el asturiano, entonces con 19 años, decidió que iba a aceptar la oferta que le había puesto en la mesa Giancarlo Minardi. Después ocurrieron muchas cosas: Jean Todt se puso furioso porque no habían esperado su oferta y Flavio Briatore decidió comprar el contrato, con la promesa de que cedería el piloto a Minardi el primer año. Así que Alonso debutó en la F-1 en Australia el 4 de marzo de 2001, corriendo con uno de los peores coches de la parrilla (12º a dos vueltas de Schumacher) pero sabiendo que al año siguiente estaría ya en una escudería que se movía entre las mejores, Renault.

Ése fue el inicio, que le llevó a proclamar: “No lucho contra los pilotos, sino contra los coches”. Lo demás es mucho más conocido. En el libro de recuerdos encontramos su primera pole position y su primer podio en Malasia en 2003, cuando acabó la carrera con síntomas de deshidratación y casi cayéndose; y también su segundo podio en Brasil, donde volvió a ser tercero pero no pudo subirse al cajón porque se vio implicado en un accidente que puso fin a la carrera antes de la conclusión. Y después, su primera victoria en Hungría, convirtiéndose en el ganador más joven de la historia, con 22 años y 26 días, marca que superaron más tarde Sebastian Vettel y Lewis Hamilton.

Hasta que llegó el punto culminante de su carrera: sus dos títulos mundiales. Entonces se había convertido ya en el líder indiscutible del equipo Renault, que configuró un coche a la medida del asturiano. En 2005 y 2006 Alonso tuvo un inicio de campeonato brillante que le permitió ser campeón, a pesar del fulgurante ataque que le lanzaron primero Kimi Raikkonen (McLaren) y después su gran rival, Michael Schumacher (Ferrari), siete veces campeón Mundial. Aquellos dos títulos cambiaron todas las perspectivas del automovilismo español. Nadie podía imaginar que aquel chico asturiano que inició su camino a los tres años con un kart fabricado por su propio padre, alcanzaría la cota más alta del deporte en nuestro país. El paddock proclamó a Fernando Alonso el mejor piloto del mundo.

Posteriormente, su historia corrió por derroteros inciertos. Fichó por McLaren en 2007 y vivió uno de los años más horribles de su carrera, por las guerras constantes con Lewis Hamilton y el jefe del equipo, Ron Dennis. Luchó por el título hasta la última carrera, pero el equipo quería ver campeón a Hamilton y acabaron por perderlo todo. Regresó luego a Renault y fichó por Ferrari en 2010. En su primer año en la Scuderia, a pesar de que Red Bull era un coche superior, estuvo en la lucha por el título hasta la última carrera. Y lo perdió por un error estratégico del equipo, que le relegó al séptimo puesto, cediendo todas sus opciones a Vettel.

Y ahora, 15 años después, Alonso se debate entre las postrimerías de la clasificación limitado por un coche que no acaba de dar la talla. Su contrato con McLaren a finales de 2014 fue el más suculento que jamás había firmado a nivel económico. Pero sabía perfectamente lo difícil que iba a ser el proyecto que afrontaba con el regreso de Honda a la F-1. Las cosas no funcionaron el año pasado. Y todo apunta a que la remontada que McLaren realizará esta temporada no será suficiente para permitir a Alonso regresar al podio y mucho menos a ganar carreras. Pero su experiencia y su tozudez le hacen seguir luchando. "Mejoraremos mucho este año. Y el que viene espero estar en disposición de volver a ganar", afirma con resignación, casi para convencerse a sí mismo. Es Alonso, es un doble campeón Mundial con un palmarés de 97 podios, 22 poles y 32 victorias, es el irreductible asturiano que no quiere irse sin un tercer título que le equipare a su ídolo, Ayrton Senna.

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