El Deportivo solo sabe empatar
El cuadro gallego iguala con el Betis en Riazor y suma catorce igualadas en 24 jornadas
Hace dos meses que el Deportivo no gana un partido y ahí está en el camino de batir plusmarcas con 14 igualadas en 24 jornadas. Ayer sus futbolistas dejaron el campo con rictus de desazón. Lo habían entregado todo, generaron opciones suficientes para romper eso que ya se empieza a parecer a lo que en Galicia se denomina “meigallo”, pero volvieron a empatar. La afición les jaleó y recompensó la entrega con aplausos. También el rival los mereció en un partido de rienda suelta, un ameno espectáculo. Y a la postre, punto a punto, habrá que colegir que todo suma hacia la meta de ambos equipos, no precisamente de los peores de la categoría.
El Betis se puso en ventaja y gestionó una igualada porque tuvo una querencia codiciosa. Trabajó en defensa desde la primera línea porque Rubén Castro, Van Wolfswinkel y, sobre todo, el esforzadísimo Petros no dejaron de perseguir la salida de balón del Deportivo, pero el equipo tuvo arrestos y fe para no convertir el partido en un único esfuerzo en la resta. Se desplegó el Betis de tal manera que se convirtió en incómodo, en un dolor de cabeza para muchos deportivistas, por ejemplo para su arquitecto Pedro Mosquera, que nunca estuvo solo.
Ocurre que los campos de fútbol miden lo que miden y once tipos pueden parecer a veces veinte, pero no lo son. La cuestión es encontrar los espacios. El Deportivo los halló cuando atinó a combinar desde atrás, incluso en alguna salida precisa con el golpeo de su portero. Ahí pagaba el peaje que le exigía el Betis y encontraba una autopista, pero le faltó finura para dar el pase decisivo, le sobró algún control defectuoso en la zona de la verdad. Encontró el gol, sí, en un saque de esquina que embocó Álex Bergantiños en el primer palo, que a veces la libreta de la estrategia no necesita de revirados renglones para ser efectiva. Pero el Deportivo no se blindó y fue más vulnerable atrás de lo acostumbrado. El Betis estuvo atento a explotarlo, siempre con presencia arriba. Empató en una acción mal defendida en la que el liviano Musonda remató solo de cabeza en el punto de penalti. Y se adelantó en una falta al borde del área en la que el peruano Vargas exhibió su cañón.
El Deportivo se lanzó con voracidad a por el empate. Pudo lograrlo antes del descanso, pero el gol psicológico se hizo esperar hasta la reanudación. La ventaja la encontró Luis Alberto, al que se le cae la clase de los bolsillos, con un solo toque. Un señor toque. De espaldas a la portería, en medio campo, descuadró a toda la zaga del Betis y generó una oleada bien llevada por Cani y Navarro. Remató Lucas Pérez, mal, pero el Deportivo tuvo la fortuna de que el balón le llegó a Fayçal, que acompañaba la acción en el segundo palo.
Con tanto empate en su currículo, el Deportivo se fue a por la victoria. La tuvo Lucas Pérez tras otra combinación, y otro toque de Luis Alberto, que desbarató la presión rival, Bruno tuvo la visión de ponerse bajo palos para hacer el trabajo de Adán y evitó el gol. El asistente frustró, con justicia, otro. Y la poca confianza del delantero blanquiazul en su diestra le alejó de una tercera opción que estrelló de zurda contra el meta bético. Las buscó de todos los colores el Deportivo, tuvo en apenas diez minutos sobre el campo dos ocasiones muy claras Oriol Riera que desbarató Adan, arriesgó en defensa el equipo de Víctor Sánchez del Amo casi como si no hubiera mañana. Y volvió a empatar.
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