Las buenas sensaciones
Donde no llega la razón, se recurre a explicar de modo esotérico algo que todavía está por suceder
Las sensaciones, que entraron en el fútbol como extravagancia de tipos intensos, han acabado por ponerlo todo perdido. Las buenas y las malas sensaciones: a donde no llega la razón, se recurre a explicar de modo esotérico algo que todavía está por suceder. Es como decir de alguien que está “enchufado”. Se decía con lógica cuando un jugador está haciendo un partidazo, pero ahora, de forma temeraria, se utiliza antes. La cámara enfoca a un jugador con ceño fruncido mientras sale del vestuario, y siempre hay uno en el bar que dice: “Está enchufado”.
El Madrid de Zidane, por ejemplo, es el Madrid de las sensaciones. Los jugadores se sienten “cómodos”, hay “otro rollo” y ahora “se disfruta”. Todo lo lejos que se fue con las sensaciones lo probó Benito Floro trayendo al Bernabéu a un psicólogo. Se apostaba por auscultar el ánimo de los futbolistas y por desentrañar el misterio de las sensaciones. Había un ejercicio delicado en tratar al futbolista como objeto de atención casi poética. Aquel año Floro terminó a gritos diciendo que al rival había que follárselo “con el pito”.
En el fútbol casi siempre gana la prosa. Por ejemplo: todo lo que hizo ayer el Madrid sucedió en la banda derecha, la banda desconocida de la temporada hasta que reapareció Carvajal. Ocurrió porque Zidane lo incorporó al campo, no porque hablasen delante de una chimenea. Y también ocurrió algo que lleva ocurriendo cinco años, que es Karim Benzema. Cinco años paseando futuros nueves en las portadas, el último de ellos Lewandowski porque una vez nos metió cuatro goles, mientras el francés lleva 11 partidos abriendo el marcador y destapando la delantera para los extremos. 25-30 goles dijo Benítez que quería de Benzema: casi los marca todos con Benítez en el club.
Las sensaciones normalmente se explican con carreras y goles. Luego uno puede tener buena y mala suerte, que es lo que no atiende a la razón. Entre los distintos patrones de conducta relacionados con el Real Madrid, o sea relacionados con la vida, el de querer explicar cosas que no se pueden explicar es el más divertido de todos. Otro es la exaltación del rival, a veces incluso por méritos del propio rival. En Granada, la tierra de Los Planetas y Fran Rico, que es de Caneliñas, al Madrid lo que le pasó fue un ataque de madridismo: no jugar noventa minutos sino un puñadito de ellos, y si llega, llega. Eso tampoco se explica: se vive con ello.
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