Javier Fernández fulmina el récord europeo y roza su cuarto título
El español, que busca en Bratislava su cuarto título europeo consecutivo, eleva la dificultad en sus programas para estar al nivel de Yuzuru Hanyu en el Mundial
Javier Fernández fulminó este miércoles el récord de Europa, que él mismo ostentaba, en el programa corto de la competición continental que se celebra en Bratislava, y se situó a un paso de su cuarto oro consecutivo, algo que no logra nadie desde 1973 y que tendrá que refrendar esta noche en el ejercicio largo. El madrileño incluyó dos cuádruples (cuatro saltos verticales) por primera vez en una competición internacional, y sumó 102.54 puntos, 14 por encima del segundo, el ruso Maxim Kovtun (88,09).
El ruso, sin embargo, no es quien preocupa a Javi. La preciosa rivalidad que mantiene con el japonés Yuzuru Hanyu, campeón olímpico y del mundo, es tan grande que está presente hasta cuando no se enfrentan en la misma competición. Son los Messi y Cristiano del patinaje sobre hielo. En Bratislava el madrileño deslumbró después de elevar la dificultad con un objetivo que trasciende el campeonato: afilar las armas para que Hanyu no le arrebate el trono mundial dentro de un par de meses en Boston.
Solo así se entiende el salto de dificultad que ha decidido dar en sus dos programas. En la final del Grand Prix de Barcelona, la última gran competición, Hanyu asombró al mundo con una puntuación histórica: 330 puntos, sumando el programa corto y el largo. Javi se convirtió en el segundo patinador en la historia que superaba los 200 en el largo —récord de Europa— pero el logro solo le sirvió para ser plata, a la sombra del japonés, con quien comparte entrenador, Brian Orser, y lugar de entrenamiento, en Toronto.
Dos cuádruples
Una de las claves del éxito de Hanyu en Barcelona fue la dificultad del programa corto, en el que ejecuta dos cuádruples —el salto más complicado, con cuatro giros verticales—, y con el que consiguió otro récord de puntos (110,95). El español ahora ha dado un puñetazo sobre el hielo acercándose muchísimo a su rival, destrozando también su mejor marca personal (96,42) y convirtiéndose en el segundo de la historia que supera los 100 puntos. “Hacer dos cuádruples es lo máximo que se puede hacer. Superar la nota del corto es un golpe de cara al Mundial”, opina Daniel Peinado, que entrena a Javier cuando viene a España. Esta noche también elevará el nivel añadiendo un triple axel más (tres vueltas y media) a su ya complejo programa largo con tres cuádruples.
Es, a priori, tan superior a sus rivales en el Europeo, que Javi se permitió el lujo de probarse como ya hizo en el último Campeonato de España. Con solvencia, volvió a ejecutar la coreografía que ha configurado con la ayuda de Antonio Najarro, director del Ballet Nacional, con elementos de flamenco, guitarra de Paco de Lucía y la voz de Plácido Domingo. Primero ejecutó una combinación cuádruple toe (despegue hacia atrás con el pico del patín izquierdo y aterrizaje con la derecha también hacia atrás) más un triple toe, donde cometió un fallo; después abordó el cuádruple salchow (se inicia con la pierna izquierda hacia atrás y se cae con la derecha hacia atrás), y acabó con un soberbio triple axel. Una suma de elementos al alcance de muy pocos.
“La clave es el riesgo. En un Campeonato de Europa puedes ser más conservador, atar el campeonato. Pero si funciona, ahora tendrá la experiencia para el Campeonato del Mundo”, observa Peinado. “No ha tocado techo, lo puede hacer mejor. Sabe que tiene que añadir más dificultad. Así puede ver cómo reaccionan los jueces”.
Javi se ha ganado el reconocimiento del mundo del patinaje. “Que un patinador de un país exótico se convierta en primera figura es algo casi mítico”, defiende el entrenador. “Para los que hemos convivido con él y hemos visto su evolución es algo extraordinario”, añade. Nadie pensaba que un español pudiera enlazar tres veces seguidas (2013, 2014 y 2015) un Europeo y llegar al cuarto como favorito al título. El año pasado se convirtió en el primer patinador que conseguía esta proeza desde 1989, cuando lo hizo el soviético Aleksandr Fadéyev. Y esta semana patina en una pista con el nombre del único que ha logrado cinco títulos continentales consecutivos, el eslovaco Ondrej Nepela. Un reto que no es una quimera.
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