Sarri se arriesga a cuatro meses de sanción por llamar maricón a Mancini
No es la primera vez que el técnico del Nápoles, líder de la Serie A, hace comentarios homófobos
Frocio y finocchio son dos de las palabras más despectivas que se usan en Italia para insultar a los homosexuales. No hay traducción (finocchio literalmente sería hinojo) para el castellano, aunque lo más parecido sería marica y maricón. Esos dos insultos se los dijo anoche Maurizio Sarri, técnico del Nápoles a Roberto Mancini, técnico del Inter, durante los cuartos de Copa disputados en el Olímpico (el Inter se ha clasificado para semifinales).
Lo desveló Roberto Mancini al final del partido entrevistado por la RAI (Televisión Pública Italiana). “El cuarto árbitro señaló 9 minutos de tiempo extra y lo corrigió luego a cinco, así que me levanté y fui a pedirle explicaciones. Sarri se levantó y empezó a gritarme marica y maricón. Tiene 60 años, debería avergonzarse, es un racista, gente como él no puede estar en el fútbol”, declaró el entrenador del Inter.
Sarri dio, poco después, su versión. Primero dijo que no se acordaba lo que había dicho, que podía haberle dicho incluso democristiano (de la Democracia Cristiana) y después pidió disculpas. Eso sí, aseguró que las cosas que se dicen en el campo tienen que quedarse en el campo. Como si el insulto, al quedarse en el campo, fuera menos grave.
“Me equivoqué, se me escapó un término equivocado y pido disculpas a los homosexuales. También pido disculpas a Mancini, fui a pedírselas también al vestuario. Me dijo que era un vecchio cazzone [viejo vago] y eso también es bastante racista. ¿Homofobia? Es un poco exagerado, es un insulto como otro cualquiera. Mi historial habla por mí”, dijo Sarri.
Pero resulta que no es la primera vez, por cierto, que el entrenador del Napoli hace comentarios homófobos. En marzo de 2014, cuando dirigía al Empoli, se mosqueó por la expulsión de uno de sus jugadores (roja directa por soltar un manotazo a un rival). “El fútbol se ha convertido en un deporte de maricones. Nos han hecho el doble de faltas pero hemos visto más amarillas nosotros que ellos. Esto es un deporte de contacto y en Italia se pita más que en Inglaterra, es una interpretación homosexual del reglamento”, dijo.
Sarri, líder del calcio, se enfrenta ahora a una sanción de cuatro meses –que descontaría en todas las competiciones aunque el partido fuera de Copa- y una multa de entre 15.000 y 30.000 euros por violación del artículo 11 de la FIGC (la Federación italiana). La procura (fiscalía deportiva) anunciará hoy si abre una investigación al respecto dependiendo de lo que haya reflejado el árbitro en el acta. Mancini aseguró anoche que el cuarto árbitro escuchó los insultos de Sarri pero que no dijo nada.
El artículo 11 dice que es sancionable “cualquier comportamiento discriminatorio que acarree una ofensa o un insulto por motivos de raza, color, religión, idioma, sexo, nacional y origen étnica”. La sanción mínima es de cuatro meses.
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